🥀 Capítulo 5 🥀

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Una limosina era la encargada de trasladar a la familia Jeon hasta las afuera de Seúl, donde se localizaba uno de los más prestigiosos locales de alquiler para grandes eventos

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Una limosina era la encargada de trasladar a la familia Jeon hasta las afuera de Seúl, donde se localizaba uno de los más prestigiosos locales de alquiler para grandes eventos. Los señores Park fueron en otro vehículo, en una de las camionetas de la casa y por estrategia salieron unos minutos antes. El lugar estaría repleto de periodistas y como siempre debían vender una imagen intachable.

En el transcurso, Jungkook jugueteaba con los niños mientras que Jimin recreaba cada detalle de la cena. Ejemplo, revisaba la gran lista de invitados, que la decoración no haya fallado ni la agencia que contrató para el servicio, etc. Es que dispuso de menos tiempo para arreglar todo que años anteriores por una falla de su suegra.

Sí, la impecable señora Jeon, una perfeccionista nata e intransigente, se le olvidó realizar el contrato con el local que habían predestinado y el cual ya te brindaba un servicio de primera calidad, tanto en empleados como en la gastronomía. Así que, Jimin tuvo que hacer magia para ocuparse de esos problemas más su tarea, que era decorar y todo lo relacionado con los invitados. Así avanzaron media hora en el vehículo y bajo las escandalosas, pero preciosas carcajadas de los niños.

—Sunni, deja de brincar que te vas a despeinar —expresó el pelirrosa saliendo de su burbuja gracias al alboroto y miró a Jungkook. El castaño carraspeó la garganta incómodo por la frialdad con que Jimin lo trataba.

—Vamos niños, siéntense bien que papá Jimin tiene razón, ya después habrá tiempo para jugar —y de reojo siguió observando a su esposo.

Cuando el silencio reinó en la limosina, fueron más conscientes de que habían llegado ya que el auto mantenía su motor encendido, pero estaban estacionado. Se dieron una mirada entre todos, las manos de Jimin ajustaron los trajecitos de los gemelos, para luego suspirar y asentir en dirección de Jungkook, él que dio dos toques en la ventanilla que separaba la cabina del chofer y la de ellos.

Las puertas se abrieron, el primero en salir era Jeon y antes de pisar la alfombra ya los flashes eran cegadores, aún cuando los guardaespaldas trataban de bloquearlos. El castaño gruñó en reacción, tiene que concordar con su pareja que es bastante molesto y abrumador, principalmente para los niños.

—iLlegaron!, —se escuchó una voz— ¡La familia Jeon está aquí!.

La prensa exasperada pedía a gritos por la atención de esa pareja para ganar las mejores fotos, y como siempre, no perdían oportunidad de hostigar con miles de preguntas. Es que ellos era los más esperado, los Jeon eran la sensación en cada instante y es que a pesar de llevar diez años de casados, aún habían críticas arcaicas sobre su relación y curiosidad por conocer la intimidad de la pequeña familia en general. Sin contar la compatibilidad visual que siempre regalaban a los medios, pues Jimin y Jungkook eran jóvenes hermosos que hacían suspirar a más de uno. Y los niños eran réplicas de sus padres, impecables y de buen comportamiento.

Con ayuda de Jungkook y los de seguridad, el pelirrosa descendió del auto y después, de último, sus hijos. Así fue como avanzaron por la glamorosa alfombra, con una cadencia sincronizada, sonriendo y seguros, escuchando al fondo los halagos. No era para menos, en las esquinas se encontraban la pareja y en el medio las criaturitas a un compás impresionante. Parecían dioses caídos del cielo.

Familia Jeon | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora