Destrucción

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N/A: Holaa, hay un pequeño anuncio al final. 

Todo comenzó cuando Monarch se robó los Miraculous, ¿saben?

Estaba distraída, mi ansiedad volvió a dispararse, el estómago se me revolvía de solo pensar en lo mal que la estarían pasando los kwamis, me despertaba en la mitad de la noche, y aunque agradecía los intentos de Pixxie por tranquilizarme, no eran lo bastante suficientes para lograr calmar mi incertidumbre.

Mamá y yo hablábamos, pero no podía evitar sentir que había algo entre nosotras, algo así como una barrera, no sé cómo explicarlo.

Él no hallar a Félix para que hablara acerca de por qué le dio todos los Miraculous a Monarch fue una decepción enorme, y el saber que el villano podría atacar en cualquier momento, me tenía como los pelos de punta.

Todo comenzó en la clase de ballet, iba muy descoordinada, se me olvidaron los pasos, y mi energía no estaba centrada en la pieza.

Muy pronto íbamos a hacer audiciones para montar Giselle, el ballet en el que siempre había soñado en estar, y claro que quería presentarme y poder tener el protagónico en aquella obra.

Pero mis planes no estaban saliendo como lo pensé.

—Señorita Sancoeur, ¿puedo hablar con usted?

Al escuchar la voz del señor Castillo, solo cerré los ojos y fruncí el ceño, sabía que lo que sea que me fuera a decir, no iban a ser halagos a mi buen desempeño, porque realmente no había habido ninguno.

—Claro —traté de mantener mi sonrisa.

Salimos del salón y en el pasillo de la academia, con las manos colocadas en la cadera, me preguntó:

—¿Qué ocurre?

¿Cómo iba yo a explicarle lo que en realidad ocurría? No es como que pudiera decirle, "estoy estresada porque tengo que ser Fairystical en caso de que Monarch ataque la cuidad" quiero decir... Soy solo una chica, y me encuentro peleando contra un adulto qie carece de sus facultades mentales.

—He estado distraída.

Fue lo único que dije y me quedé callada.

—Eso lo he notado, ¿pero quiere contarme por qué? Porque algo que siempre les hemos dicho a ti y a todos sus compañeros es que estando ahí adentro —señaló el salón—, o estando en un escenario, lo demás se queda afuera.

Bajé la mirada avergonzada, por supuesto que lo sabía, pero no había podido hacerlo.

—H-han pasado algunas cosas de las cuales no quiero hablar —me limité a decir.

—Okey —mi instructor suspiró y se pasó la mano por el rostro—, mira, ________, no sé qué estés pasando, y espero que no sea nada grave.

Sí, ni cómo decirle.

—Pero eso te está afectando ahí adentro, hace semanas que no eres la maravillosa bailarina que solías ser, te distraes, se te van los tiempos, se te olvidan los pasos...

Con cada palabra me sentía mas culpable, porque era verdad, estaba dejándome llevar por mi ansiedad que se me estaba olvidando vivir y hacer lo que me gusta.

—Te he escuchado a ti y a Hadley hablar de cuánto quisieras protagonizar Giselle, vi tu rostro de emoción cuando lo anunciamos... Pero no puedes estar volando en una nube, soñando que lo harás si no trabajas por ello.

—Hubiera estado seguro que tú serías la protagonista, pero ahora no lo sé, tienes que preguntarte, ________, ¿deseas esto?

—Más que nada en el mundo. —Contesté con seguridad.

Unidos Para Siempre (Chat Noir/Adrien y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora