Júbilo

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Un, dos, tres, un, dos tres, un-

¿¡Dinosaurio!?

Dios mío, una ya no puede ensayar con tranquilidad.

—¡Pixxie, abre mis alas!

Bueno, parece que aquella científica no aprendió de que ¡Literalmente hay toda una franquicia entera de por qué regresar dinosaurios a la vida es mala idea!

Logramos contener el peligro, así que volví a mí habitación a seguir ensayando.

Estaba medio deprimida, ¿saben? Haber aceptado que no iba a poder hacer mucho si Monarch no era derrotado me había pegado bastante fuerte.

Decidí salir y me dirigí a la habitación de mi novio que estaba practicando en el piano.

—¿Mal día? —pregunté.

—Ha habido mejores —me contestó con una pequeña sonrisa.

—Pensé en que tal vez podíamos... No sé, inspirarnos juntos... El piano, el ballet... —sugerí.

—Eso me parece buena idea —él sonrió

De inmediato comenzó a tocar una melodía que reconocí, me decidí a hacer un poco de lo que me naciera en ese momento.

Solo cerré mis ojos y me conecté con la música, seguí bailando, seguí moviéndome como mi corazón me diera a entender.

Y volvía sentir aquella hermosa sensación, aquella motivación que me había puesto en el camino del baile.

Qué bueno había sido venir, por poco olvidaba cuánto amaba este arte.

Hasta que la akuma-alarma sonó en nuestros celulares, eso me devolvió de golpe a mi realidad.

—Realmente tenemos la peor de las suertes, eh —bufé.

—Vamos, no es como que vivamos en un mundo fantástico —él comentó con una sonrisa.

—¡Plagg, las garras!

—Pixxie, abre mis alas.

Salimos por la ventana de su habitación y llegamos al lugar donde estaba el villano, era un centro comercial y... El akumatizado era el señor Damocles.

—¡Ladybug, Fairystical, Chat Noir! —el Búho Oscuro los llamó—, si no me entregan sus Miraculous, está niña caerá desde lo alto.

Él tenía atada a una chica que tenía un peinado parecido al de Marinette.

—¡Deja ir a la chica, Búho Negro! —Ladybug exclamó.

Yo intenté lanzarle mi boomerang, pero como si fuera un juguete, lo desvío.

—¡Mira mi atuendo, Ladybug, ahora soy el Búho Oscuro!

—¿¡Y eso qué tiene de diferencia!? —exclamó Chat Noir.

—Tengan cuidado, esto parece una trampa —mencioné.

—Obvio que lo es, y la idea de todos esto, es que no puedan escapar.

El villano activó un mecanismo que dejó caer a la chica, así que de inmediato volé en su dirección para atraparla, a la vez que Ladybug invocó a su amuleto encantado.

Dejé a la chica en el suelo. —Ve, ponte a salvo —le indiqué.

—¡Fairy! —escuché el grito de Chat.

Después sentí un empujón, ambos rodamos por el suelo, y cuando levantamos la mirada, vimos un destello rosado, un regalo frente a nosotros...

Lo que más anhelábamos en el mundo.

Unidos Para Siempre (Chat Noir/Adrien y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora