𝓢𝓮𝓽𝓽𝓮

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─ ¡Duxo!


El pelinegro se volteó hacia el más alto que se acercó a él a paso apresurado, Sneeg dejó un beso en su mejilla como saludo, haciendo que se ruborizara.

─ Hola ─ murmuró encantado. Se sonrieron.

─ Mañana hay una muestra de arte, tengo dos entradas, tienen desde pinturas hasta un show de danza. So, do you want to come with me??

Duxo rio con algo de nervios, y con vergüenza, murmuró:

─ Lo siento, iría pero... Tengo una cita con alguien más.

Aquino en parte sonrió con orgullo al ver la expresión emocionada de Sneeg desaparecer.

─ Oh, okay ─ acomodó su chaqueta con algo de incomodidad.

─ N-No es lo que piensas ―negó, moviendo sus manitos frente a él—. Voy a... Ver a alguien, al cementerio.

─ Oh, Duxo, no necesito explicaciones ─ dijo Sneeg, aunque se notaba más aliviado después de escuchar eso y volvió a sonreír. ─ Very sorry.

─ No, está bien.

─ Well, lo dejamos para otro día, ¿yep? Nos vemos, cuídate ─ besó su mejilla otra vez para despedirse, antes de salir del estudio con una encantadora sonrisa en sus labios.

Fue al vestuario y lo primero que le dijo a Aquino fue un "No sé si me gusta".

─ ¿Cómo que no sabes si te gusta? ─ preguntó el de ojos dorados.─ ¡Duxo! Tiene cara linda, le gusta la danza, sonríe bonito y tiene un abdomen donde podrías lavar la ropa. ¿Cómo que no te gusta? ¿Sabes lo que ahorrarías en la lavandería?

Duxo rio por lo del abdomen.

─ Te recuerdo, Aquinin, que mi tipo son los flacuchos, altos, caga hielos, enfermitos a los juegos, webones, que se les va el internet, que les gustan los capybaras y me cuidan mucho.

─ No conozco a nadie así ─ negó.

─ Claro, yo tampoco.

Practicó su baile una vez más, su entrenador le dijo lo mismo de siempre, pero que hoy había mejorado un poco más, así que lo dejó ir más temprano.

Tomó su celular y vio varios mensajes de un número que no le hablaba desde hacia unas cuantas semanas.

─ Mictia dice que ha mejorado lo suficiente para dejarle usar el celular más de una hora al día ─ le comentó a Aquino y este se encogió de hombros, en verdad, no le gustaba mucho hablar de su hermana desde lo que había pasado ─. Aún le queda mucho en el loquero para que pueda salir ─ comentó, con algo de alivio.

─ Duxo, no lo digas así, queda muy despectivo, ella no tiene la culpa de estar mal ─ habló el menor, su ceño estaba ligeramente fruncido.

Duxo lo miró un segundo hasta que suspiró, asintiendo.

─ Tiene la culpa de otras cosas ─ dijo por lo bajo.

─ Tampoco, ella no lo hizo a propósito ─ corrigió ─. La depresión hace que hagas esas cosas, y que hables tan feo no lo ayuda ─ Duxo parpadeó rápido para despejar su vista, Aquino acarició su cabello. ─ Ella no tiene la culpa de lo que me pasó, ¿está bien? Fue un accidente, necesita apoyo con lo que tiene, no le tengas rencor, no va a cambiar nada ─ continuó hablando con tranquilidad, aunque Duxo no reaccionó.─ ¿Qué tal si hago tu comida favorita? ─ preguntó, mirando a su ex novio, quien negó.

─ Hace meses que no como eso.

─ Lo sé, por eso te lo estoy ofreciendo.

El de mirada oscura lo pensó un momento.

─ ¿Puedes hacerlo? ─ cuestionó, a lo que Aquino hizo una mueca de "Puedo intentar" ─. Bueno, me gustaría...

El más alto asintió y sonrió, hacía mucho que no cocinaba tampoco.

La comida favorita de Duxo eran unos pasteles de vainilla en donde Aquino básicamente metía todo lo dulce que estaba en la heladera, le agregaba una que otra cosa más, y resultaba en una especie de mutante arcoíris, al que el más bajo le gustaba comer mientras escuchaba alguna alegre canción, aunque no lo quisiera admitir.

Al final del día, Duxo estaba con una verdadera sonrisa y un rubor en sus mejillas, totalmente encantado y sintiéndose mimado.

─ Gracias.

─ No me agradezcas, bobo ─ hizo un gesto con su mano para que no se molestara.

─ Eres muy lindo conmigo, siempre lo fuiste.

─ ¿Sentimentalismo? Nada de sentimentalismo, Duxin.

─ Aquino.

─ Duxo.

─ Te amo.

Aquino sonrió mínimamente, sus mejillas se ruborizaron.

─ También te amo.


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Ghost of you □ DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora