La única forma de la libertad.

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Los pasillos de la organización se veían muy desolados, era de esperarse, todos estaban reunidos en la sala principal ya que Anly había regresado, que estupidez, alegrarse solo por un hombre que vuelve de un viaje del que no recolecto información sobre nada.

Llegue a mi objetivo antes de lo esperado, pues Otery aun no estaba allí, lo que resulto raro en él, ya que tiene la puntualidad tatuada en la piel, literalmente, fue parte de su marca de habilidad al nacer.

— No espere que fueras tan puntual — escuche decir a Otery detrás de mi

— Que gracioso — dije al darme la vuelta y verlo

— Curioso que una rastreadora no hubiera percibido mi presencia ¿será que tu habilidad está fallando?

— Eso ni en tus sueños- dije mostrando media sonrisa

— ¿Estas lista? — menciono serio — ¿Todos están dentro?

— Si, larguémonos de aquí

Y de repente me encontré lejos de aquel edificio, con Otery a mi lado y una explosión se escuchó, yo solo pude sonreír al ver tan grande espectáculo, al fin mi prisión se estaba derrumbando y mi verdugo se había convertido en mi salvador. 


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