Hermanos

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—No es una debilidad— Shaw en el suelo me reclamaba y negaba mis argumentos, estaba sudado de todo el entrenamiento que habíamos hecho hoy. 

—Estas en el suelo, agitado y golpeado después de 3 asaltos contra mí, antes nos llevábamos 4 asaltos y podíamos correr una hora más, prueba mi punto, te estas debilitando— le di la botella de agua que estaba a un lado del ring, ya no había nadie en el gimnasio, era casi media noche, pero tenía que hablar con él antes de partir mañana, sino quizás cometería alguna estupidez mientras yo estaba ausente. 

—Thalia, eres mi hermana y te amo, pero ya estoy lo bastante mayorcito para decidir con quien salgo y con quien no— ya no se notaba el cansancio en su voz, era lo bueno de tener sangre de demonio, lo agitado se iba rápido, pero el cansancio aún quedaba asique dudaba que lograra completar una pelea más.

—Tienes 20, eso no es ser mayor— me senté frente a él y me miro — Me preocupo por ti, no quiero que te pase nada malo. 

—Ella no me hará nada malo, es una hechicera, no una cazadora— se levantó y camino hacia su maleta para guardar la botella — no hay motivo por el que te debas preocupar, estas paranoica. 

—No quieras hacerme creer que estoy loca porque no es así. 

—Perdón. 

Baje del cuadrilátero y me acerque a él, era mi hermano menor por 5 años, pero más alto por una cabeza, solo nos teníamos el uno al otro y ahora formábamos parte de un grupo, no podíamos correr el riesgo de estar solos de nuevo, no después de que los cazadores se fortalecieran como lo habían hecho, si antes eran un peligro, ahora eran letales 

—A veces los hechiceros trabajan con los cazadores por dinero o recompensas como nuestros órganos y nuestra sangre para sus rituales— Shaw hizo una mueca ante ese dato, que él ya conocía. — No quiero que estes en peligro o que ella provoque que nos echen del grupo. 

—Ella nunca haría algo así. 

—Nunca conoces a alguien por completo, no como para defender que haría y que no. — Sus ojos se veían apagados después de ese comentario, notaba su duda crecer, no quería ser la mala, pero si realista. 

—Lo voy a pensar y cada decisión será meditada, no seré impulsivo. — me dio una sonrisa triste, me dolía verlo así, pero debíamos ser cuidadosos. 

—Gracias, ahora vete, no me gustan las despedidas — tomo su bolso y su agua, me dio un abrazo y fue hacia la puerta, me miro y puso su puño en el corazón, luego dibujo un círculo y una cruz sobre el lugar, yo hice lo mismo y se marchó, era una señal que nos hacíamos desde niños, cuando uno de nosotros se despedía por un largo tiempo. 

En la mañana partiría al sur con pocos integrantes del grupo, iríamos a recuperar a los niños con sangre de demonio que habían sido capturados por cazadores hace una semana cuando habían salido a escondidas no fueron lo bastante sigilosos. Yo presencié esa captura, me sentía culpable porque no tuve oportunidad de impedir ese desastre, lo que más me dolió de la situación fue que vi hechiceros junto a los cazadores, todos encapuchados, pero uno de ellos no cubrió bien su cabello, era pelirrojo y largo, idéntico al cabello de la chica que estaba en la foto que mi hermano me había mostrado hace poco, cuando me conto que se había enamorado y que ella le correspondía, esperaba que no fuera ella porque no quería que le rompan el corazón pero había aprendido que las coincidencias no eran parte de nuestras vidas. 

 

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