Capítulo 7

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Pasaron semanas y ya era la semana de entrar a la universidad y ya me estaba alistando para irme.

Me subí en el coche de mamá y me llevó hasta la universidad, ya estaba muy emocionada por este primer día de clases en Stanford, todo se sentía muy irreal.

La universidad Stanford se veía increíblemente hermosa, wow, sé que mi niña interior está muy emocionada por todo esto.

Entrando allí he tropezado con un chico y se han caído todos mis libros, todo por yo estar de boba mirando lo bella que es la universidad, pero claro que no iba a admitir que fue mi culpa.

—Diablos, ¿nadie aquí tiene ojos para mirar por donde va?— dije molesta.

—Al parecer tú tampoco, Izzie.
esperen es esa la voz de... ¿Evan?

Maldición ya si que empecé el día genial, no me pudo ir mejor al parecer.

—¿Qué diablos haces aquí, Evan?— dije queriendo cortarle la cabeza.

—A parte de la ciudad también compras la universidad, no lo puedo creer— dijo indignado.

Agh, ¿y es que él no tiene una vida propia o unos caminos diferentes a los míos? Esto es tan molesto, de por Dios. Tal vez si debí irme lejos de california para ver si así dejaba de aparecerse Evan en todos lados.

Estaba buscando el salón de mi primera clase y que estupidez, ni siquiera lo hallaba, ya estaba molesta por todo lo que había pasado con Evan, él lograba hacerme enojar hasta por una simple palabra que dijera. Le pregunté a una chica donde podía hallar el salón y gracias a ella lo encontré pero aún así llegué un poco tarde, cosa que no me gustaba ¿pero ya qué podía hacer?

Y para ver si tengo una terrible suerte al parecer Evan tomaba la misma clase que yo y por llegar tarde y por desgracia también me tocó sentarme al lado de él.

—Hola de nuevo, ositos— susurró.

—¿Ositos? — pregunté sin entender nada.

—Sí, por el pijama de ositos, ¿recuerdas?— dijo él riendo.

Oh no, aún lo recuerda, que vergüenza. Me levanté del asiento e iba a salir del aula cuando escuché a la maestra decir:

—Señorita Brown, sé que usted es nueva pero no puede llegar tarde a la clase e irse nuevamente— me dijo directamente a mi.

—Lo siento maestra, necesito tomar un poco de aire fresco— dije aún más avergonzada por esto.

Creo que tengo una maldición de "si salgo de casa me irá horriblemente mal".

Salí y llame a mi novio Ryan, le pedí que pasara a por mi a la hora de salida, no quería irme sola ya con esta maldición que tengo.

Volví al aula y me senté en mi lugar, escuché a la maestra explicando algo de lo que no tenía ni idea que es porque pase el rato afuera, no me importó y seguí observando como si estuviera entendiendo todo.

Después de un rato ya debía irme a mi otra clase y tuve que volver a pedir ayuda para hallar el aula pero al menos no tenía a un Evan molestoso allí, en mi clase.

En esta clase sí que me fue muy bien, no puedo negarlo.

***

Ya era hora de que Ryan pasara a por mi, le dije que podía esperarme en el estacionamiento, así que me dirigí hasta allá en busca de él.

Estaba caminando y observando todo el lugar para ver si podía encontrarlo en alguna parte del estacionamiento hasta que sentí una mano tocar mi hombro, y di la vuelta riendo, pues creí que era Ryan.

—¿Qué haces en el estacionamiento, ositos?— preguntó Evan.

No me dió tiempo a responder cuando Ryan me tomó de la muñeca bruscamente y me dijo que entrara al auto, me ofendí pero aún así lo hice, creí que iba a entrar al auto conmigo y me iba a llevar a casa pero se quedó discutiendo con Evan ¿por qué? No pude evitarlo y salí del auto, quería saber que rayos estaba pasando.

Al salir estaba escuchando los gritos enojados de Ryan a Evan y viceversa, iba a interferir cuando Ryan me tomó fuerte por el brazo y entramos al auto.

—Me estás lastimando, Ryan.

—¿Qué diablos está pasando con ese chico, Izzie?— gritó.

—¿De qué hablas?— pregunté un poco asustada por sus gritos.

—Tú sabes de qué hablo, no te hagas la tonta— dijo.

Esperen... ¿estaba Ryan gritándome por una tonta pregunta que Evan me hizo?

—¿Qué diablos? Te recuerdo que llevamos días como novios y ya estás mostrando tu lado más tóxico, ¿qué te pasa?— dije.

Él hizo un ademan de levantarme la mano, ¿a caso me iba a pegar? No lo puedo creer. Tomé su brazo con fuerza y abrí la puerta del auto, no sé cómo lo hice pero solté su mano y corrí por el estacionamiento hasta que escuché la voz de Evan preocupado:

—¿Todo está bien, Izzie? ¿Te ha hecho algo ese psicopata?

—No, Evan además no te incumbe— dije ya molesta.

—Izzie, te he preguntado si ese estúpido te ha hecho algo, sé honesta— dijo él, aunque no sé por qué se preocupaba por mi, si siempre se comportaba como un idiota —¿Quieres que te lleve a casa?

—Pues no, él no me ha hecho nada y sí me vendría bien que me lleves a casa a pesar de que te odio— dije honestamente.

Subí al carro de Evan y vi por los cristales como Ryan se iba enfadado y sin mirar hacia atrás. ¿Qué le ha pasado? ¿A caso le estaba yendo tan mal hoy? No creo que lo halla hecho a propósito.

Evan me llevo hasta casa y fui a mi habitación exhausta y un poco triste por todo lo que había pasado así que me quedé dormida. Al despertar revise mi teléfono y tenía muchos mensajes de Ryan, decían que lo perdone que estaba teniendo un mal día y que no iba a ocurrir de nuevo.

Le respondí con un "Esta bien Ryan lo entiendo pero si vuelve a ocurrir no te lo perdonaré" aunque se lo envié, yo sabia que si volvía a ocurrir sí lo perdonaría porque doy muchas oportunidades a las personas y claramente no sentía que tenía el valor suficiente como para frenarlo al nivel de que no pueda seguir ocurriendo.

Lo que empezó aquel día Donde viven las historias. Descúbrelo ahora