Capítulo 6

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* 5 Días después *

Ya conocía a Ryan mucho más de lo que imaginaba que podía conocer a alguien en menos de un mes. Hablamos todos los días y somos buenos amigos, genial ¿no?

Había visto a Evan un par de veces con un chico rubio y piel blanca, no tengo la menor idea de quién es pero tampoco me importa.

Ryan me ha preguntado si quería ir a por helado con Macy, le conté a Macy y ha dicho que si, por lo que salimos y nos encontramos los tres, compramos los helados y salimos a dar un paseo por el parque. En el transcurso del paseo he visto a Evan pero me he hecho la loca pues no quiero que se acerque, todo hasta que Macy lo ha llamado.

—¡Evan! —gritó ella.

Él se acercó hasta nosotros y dijo:
—Hola Macy, oh no, creo que mejor me voy porque hay pulgas aquí —mirándome.

—Hey, ¿qué te pasa? —le dijo Ryan con furia.

—Pues nada que te importe, ¿no crees? —contestó Evan.

Ryan le ha dado un golpe en la cara y Evan pues se lo ha devuelto, entre maldiciones Macy ha intentado calmarlos pero no ha podido. Yo me metí al medio con miedo de que me golpearan sin querer pero Evan se detuvo al verme allí.

Le pedí disculpas a Ryan y decidí irme a casa, caminando volteé hacia atrás para ver a Ryan por encima de mis hombros, él caminaba enojado y yo seguí caminando con Macy hasta llegar a casa, luego Macy fue a la suya.

Llegué y lo único que pude hacer fue irme a llorar en los brazos de Daisy, mientras ella intentaba tranquilizarme. Obvio fácil no fue pero Daisy siempre sabe como hacerme reír y me mostró unos libros que había comprado hoy en la librería.

Después de todo reímos por mucho tiempo hasta que ya nos dolía la panza, luego nos fuimos a descansar.

***

Hablaba con Ryan y me dijo algo que me dejó realmente sorprendida.

Sí, tal y como se lo imaginan, me pidió ser su novia. Pero obviamente le dije que necesitaba pensarlo. Y era verdad, yo necesitaba pensarlo mucho antes de tomar una decisión.

Necesitaba despejar mi mente y pensar sobre eso para darle una respuesta clara a Ryan, él no merecía que le dejaran sin una respuesta pero hace muy poco tiempo lo conozco aunque parece una persona con buenas intenciones o eso creo.

Llamé a Macy, ella me ayudaría a pensar en todo y sería divertido con ella, me dijo que vaya a su casa, no soy de salir pero últimamente si que he estado saliendo más, y no ha sido tan malo.

Fui a la casa de Macy y he estado charlando con ella desde hace una hora y ya me tengo que ir, ya le daré una respuesta a Ryan.

*chat con Ryan*

Izzie: Acepto.
Ryan: ¿En serio?
Izzie: Sí.
Ryan: ¡Genial!

No estaba segura de si esto estaba bien pero, la vida es una ¿no?

***

Ya obtuve las respuestas de la universidad, estoy muy nerviosa y no puedo parar de dar vueltas por toda la habitación.

Fui valiente y tomo la laptop, viendo las respuestas; mis ojos se cristalizaron, era mi sueño y al fin lo había logrado, había entrado a Stanford, la universidad de mis sueños.

Lo bueno es que no tendré que irme muy lejos de mi familia, me quedaré aquí en california en el lugar donde he pasado la mayor parte de mi vida.

—¡Daisyyyy! —grito con entusiasmo.

—¿Qué te pasa Izzie? Estaba ocupada, ¿te he dicho lo molesta que puedes llegar a ser a veces?

—¡ME ACEPTARON EN STANFORD! —dije yo gritando nuevamente.

—Oh, Dios mío, que emoción Izzie. Estoy muy feliz por ti —me abrazó.

—Daisy, lo siento, ¿en qué estabas ocupada?

—No creo que la respuesta sea muy agradable para ti hermanita —dijo.

—Eww —me quejé, imaginando ya a que se refería.

Y no volví a preguntar más, me acosté en la cama y mirando hacia el techo no podía creer que esto estuviera pasando, me han aceptado en Stanford, por Dios.

Salí de la casa, yendo directo a la casa de Macy que queda como a cinco cuadras de la mía, quería sorprenderla con todo esto.

En el camino...

—¿Has salido con pijama de ositos a la calle? —preguntó Evan a carcajadas.

Mirándome a mi misma me he dado cuenta de que salí en pijamas, oh diablos, lo olvidé, estaba tan emocionada por contarle a todos que me aceptaron en Stanford que olvide cambiarme de ropa.

—¿Qué te importa? Mi pijama es... más original que tu tonta ropa cara —dije sabiendo que era una estupidez lo que decía.

Él siguió con su destino riendo a carcajadas por mi pijama y mi estúpido comentario. Juro que este es uno de los peores días de mi vida.

¿Por qué siempre que salgo tengo que encontrarme con él y por qué él siempre tiene que hacerme parecer que hago el ridículo? Aunque en este momento lo estaba haciendo por mi culpa y no la de él.

Llegué corriendo a la casa de Macy, toqué al timbre y ella abrió en seguida, me miró y dijo:

—Por Dios Izzie, has salido en pijamas, ¿está todo bien? —preguntó angustiada.

—Sí Macy todo está bien, ¿ya puedo pasar? —dije con nervios de que otras personas me vean con esta fachada.

—Sí, claro —dijo despreocupada.

Una vez allí dentro subimos a la habitación de Macy y le dije todo lo sucedido con el pijama. Pero no le había dicho una cosa mucho más importante...

—¡Me aceptaron en la universidad de Stanford! —solté sin más.

Macy me observó confundida hasta que al fin pudo entender lo que le estaba diciendo, y no pudo parar de reír y llorar al mismo tiempo, ella estaba al igual de emocionada que yo.

—¿Es... esto real? —preguntó tartamudeando y sin poder creérselo —. Este ha sido tu sueño desde pequeña, Izzie.

—Sí, Macy es real y yo tampoco puedo creerlo —digo yo emocionada.

Lo que empezó aquel día Donde viven las historias. Descúbrelo ahora