Capítulo 5

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Ya es día de elegir una universidad para estudiar y conocer a Ryan, ¡que nervios! Tomé una ducha y fui a la cocina para desayunar, me encontré con mi hermana Daisy.

—Daisy, ¿cómo estás? ya sé en qué universidad quiero estudiar —dije con entusiasmo.

—Hola hermana, estoy bien, me alegra que ya te hayas decidido era tiempo —dijo ella con un tono gracioso.

—Sí, estoy muy emocionada, Daisy —repliqué.

—Ya lo imagino hermana, ¿cuál es esa universidad que te tiene tan emocionada?

—Es Stanford —dije con emoción.

—Oh, genial. No te vas a otro estado —hizo una pausa para tomar aire —. ¡Mamá, Izzie se queda en Californiaaaa! —gritó bastante emocionada.

—Ya, Daisy no es para tanto —le dije.

                                                             ***

Ryan y yo quedamos en conocernos en la cafetería que está cerca de mi casa, así que estoy yendo hacia allá en este momento.

Llegué y me senté en una mesa sola, hasta que un chico se acercó hacia mi y topó mi hombro, voltee y allí estaba Ryan. Un chico de ojos verdes, piel pálida y de pelo negro.

Se sentó en una silla de la misma mesa en la que estaba sentada.

—En persona eres mucho más bonita —dijo con dulzura.

—Gracias —respondí, ya sonrojada.

Él sonrió y charlamos sobre nosotros para conocernos mejor, luego pedimos un café y seguimos hablando.

—Y dime, ¿tienes novio? —dijo él con cierta curiosidad, que se podía notar al ver sus ojos entrecerrados.

—No, ¿qué hay de ti?

—No, yo no he conocido a nadie así, hasta ahora.

Me generó bastante curiosidad lo que dijo, o sea, ¿a qué se refería con "así"?

Nos quedamos en silencio, lo cual era bastante incómodo. Luego, rompí el silencio diciendo —rayos, es tarde, debo irme —a lo cual él sonrió amablemente y me acompañó hasta casa.

Nos despedimos, ya luego nos volveremos a ver. Me pareció muy agradable e interesante, lástima que ya era un poco tarde y debía regresar a casa.

Ya estando en casa, hice videollamada con Macy y le conté todo lo sucedido.

—Uyyy, ¿te gusta? —preguntó ella con una sonrisa pícara.

—No, Macy obvio que no —dije.

—Izzie, te conozco, di la verdad, soy tu mejor amiga de por Dios.

—Bueno sí, pero solo un poquito ya que aún no lo conozco bien, lo acabo de conocer ¿no?

—Y eso ¿que tiene que ver? —hizo una pregunta retórica.

Sonreí y colgué.

Estaba emocionada, había conocido a alguien genial. Pero lo que me emocionaba aún más pero a la vez me tenía muy nerviosa era la respuesta de la universidad, quería que me aceptaran, necesitaba ir a aquella universidad. Creo que siempre ha sido mi sueño y aún no lo había descubierto.

Sí, es verdad que ya varias universidades me habían ofrecido becas gracias a mi increíble conocimiento y buen rendimiento académico pero no las aceptaba porque no quería estar en ellas.

Siempre he sido una persona que lucha por sus metas y la universidad Stanford es una de ellas, así que no me daré por vencida.

Volví a recordar a Evan, por alguna extraña razón no podía sacarlo de mi cabeza y eso me enojaba, ¿por qué? Si lo odio. Es tan estúpido y creí que iba a ser una buena persona, aun sigo recordando aquella fiesta y desearía nunca haber ido, pasaron tantas cosas y tan terribles, esa es la razón por la que casi nunca salgo de mi casa y todos me juzgan por eso, y no tengo ni idea de cómo Evan pudo terminar siendo amigo de Macy ya que ella es tan dulce y buena persona, quizás tendría que preguntarle a Macy como le hace para soportarlo todo el maldito tiempo. Ella quiere que yo me amigue con él pero no puedo ser amiga de una persona así y ella lo sabe perfectamente bien.

Lo que empezó aquel día Donde viven las historias. Descúbrelo ahora