"ōnryo" | ONE-SHOTS blue eye samurai ˙

sweetie - mizu +16

Pedido: Anónimo
EP: Antes de temporada
Pareja: Gender Neutral! Reader X Dom! Mizu-(she/her pronouns).
Datos sobre reader: Apariencia no especifica. Estuviste dentro de la realeza pero escapaste de casa.

ADVERTENCIA: Mención de violencia. Subido de tono.

*Quise intentar una narración diferente esta vez. Es más cómo un drabble que un one-shot.

Ustedes dos se habían conocido después de que Mizu matara a Violet. Ella estaba escapando de la escena, pero sus heridas pudieron más y se desmayó. Tú la encontraste y obviamente la ayudaste. La llevaste a la cabaña en dónde te estabas quedando actualmente, trataste sus heridas y la mantuviste a salvo.

Ella despertó al otro día cómo nueva, casi te hiere creyendo que eres un enemigo. Pero le aclaraste todo y Mizu se tranquilizó. Ella se quedó unos días en tu cabaña mientras sus heridas se sanaban completamente. Spoiler: Tardaron más de lo que esperaba.

Tú la ayudaste en todo lo que pudiste, le hacías de comer, le impedías entrenar y le ayudabas a lavarle el cabello. Al principio también la tuviste que ayudar a bañarse. Es por eso que descubriste que Mizu era mujer.

A ti realmente te importó poco. Te sorprendió, si, pero habías visto cosas más bizarras en tus tiempos de realeza.

Y para ella fue gratificante tener a alguien en quien confiar. Aunque tardó mucho en bajar sus paredes, después de un tiempo tu amabilidad le tocó el corazón y fue más fácil sobrellevar los días juntos.

Cuándo Mizu estaba completamente recuperada, sabías que se iría pronto. Por lo que le ofreciste quedarse. Ella dijo que no podía, que tenía que continuar con su venganza y blah, blah, blah. Sin embargo si se terminó quedando más de la cuenta.

Lo que nos lleva a este día. Ya habían pasado un año desde que Mizu se estaba quedando, y ya estaban más que acostumbrados a la presencia del otro.

Querías ir al pueblo cercano por comida y alguna que otra manta porque el invierno estaba a la vuelta de la esquina. Mizu accedió a acompañarte, y justo ahora se estaba cambiando para ir.

Tú la esperabas en la sala, aunque ya se estaba tardando mucho, así que decidiste ir a ver qué estaba haciendo.

No tocaste la puerta, no era necesario dada a la gran confianza que se tenían. Después de todo ya le habías visto todo... Claro que nunca te acostumbrarías a ver su cuerpo tonificado que te daban ganas de tocar y- uh...

La encontraste medio desnuda. Se estaba poniendo sus vendas en el pecho y tú no pudiste evitar sonrojarte ante la vista.

— Uh- perdón... ¿Te ayudo? — preguntaste tímidamente, no esperando un 'sí' cómo respuesta. Lo preguntaste nada más por ser cordial.

Pero Mizu dijo que si. Y tú obviamente ya no podías decir que no.

Te acercaste y empezaste a atar sus vendas firmemente pero con cuidado, no querías lastimarla mucho. Ella te veía atentamente, siguiendo tus movimientos.

La cercanía era tanta que sus respiraciones se combinaban. Había tensión, eso era innegable. Desde hace mucho tiempo que la había, pero nadie se había atrevido a dar el siguiente paso.

Sin embargo, para Mizu tenerte así de cerca y no poder tocarte era tortura.

Tú terminaste de vendar su pecho y notaste cómo ella veía tus labios. Los lamiste por el nerviosismo y ella frunció el ceño.

Tus manos en su pecho cubierto, ella mirando tus labios, tú mirando sus ojos. Y luego ella te miró a los ojos.

Sus miradas se conectaron y sólo hizo falta eso. Se besaron.

Era un beso desordenado, deseoso, carnal. Te aferrabas a ella cómo si de eso dependiera tu vida, y ella te tomaba cómo si quisiera fundir sus cuerpos.

Sus lenguas danzaban en un mismo vals, peleando por la dominación. El sonido de sus salivas combinandose era sumamente lascivo. Soltarte un gemido gutural cuándo ella te tomo por la nuca para profundizar el beso.

Se tomaron un momento para tomar aire en dónde Mizu aprovechó para atacar tu cuello, llenándolo de besos y chupetones. Tú suspiraste y te sostuviste de sus hombros, buscando sus labios para unirlos nuevamente.

Ella acarició tu espalda baja y tú enredaste tus dedos en sus cabellos.

— El futón.. futón.. — murmuraste, señalando vagamente el futón de la habitación, indicándole a Mizu que querías acostarte. Ella hizo caso y entre besos te guió hasta el colchón. Te acomodaste entre sus piernas y ella comenzó a desvestirte mientras repartía besos en la piel que iba descubriendo.

Ese día no fueron al pueblo.

ᶻ  𝘇  𐰁: Sigo sin poder creer que escribí esto en menos de media hora. Perdón por no actualizar tan recurrentemente cómo quería, tengo un huracán a la vuelta de la esquina 😩 no lo revisé, así que me disculpo de antemano si hay algún error

Agradézcanle a Tumblr por darme la inspiración para escribir esto.