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Cuando te secuestran.
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Estaba en su oficina, Chan te había dejado ir al centro comercial tal como se lo pediste pero lo que no sabía es que su mayor enemigo te tenía observada, hace unos días te sentías observada pero era normal, tenías cámaras por toda la casa y comprendías la situación. Una llamada telefónica resonó por toda la oficina del señor Christopher Banhg, rápido contestó dudoso, nunca lo llamaban a su número de teléfono personal, al parecer lo hackearon y encontraron su número, una voz bastante reconocida se escuchó haciendo un Chan se enfureciera bastante.
— al fin encontré tu punto débil Chris, ¿recuerdas esa noche del 2018? Cuando mataste a mi mejor amigo y escapaste como la rata que eres, lo que hiciste lo pagará ella, pero no se irá de este mundo sin antes habérmela comido, adiós. —
Chris no tardó mucho en llamar a sus chicos, encontraron la ubicación donde te tenían secuestrada y salieron hacia aquella ubicación que muy bien conocía Christopher, ahí había matado a aquel hombre del que se hablaba en la llamada, el señor Kim siempre fue jodidamente sentido y llevaba planeando la venganza desde hace años.
Habían francotiradores en todos lados, bombas en todos lados y gatilleros en todos lados, la casa explotaría y de eso no habría duda. Todos siguieron las órdenes de Chris, entró por aquella oscura y tan conocida casa sin miedo alguno, pues ya habían matado a todos los trabajadores del asqueroso de Kim, ahora solo faltaba rescatar a su mujer y explotar a aquel asqueroso.
— Te tengo cariño, soy yo Chris, no hagas ruido o nos descubrirán, te dejaré en las manos de Minho y Changbin mientras yo iré a matar al desgraciado que te hizo todo esto. —
Te llevaron a una de las camionetas, no sabías que estaba pasando, te sentías mareada y querías saber si tu esposo estaba bien. Un ruido bastante fuerte se escuchó, te acercaste a la ventana viendo aquella gran casa explotar mientras Chris caminaba tranquilo y pasaba sus manos por su boca, limpiando sangre, sus zapatos llenos de sangre, su camisa de botones blanca llena de sangre y con el cabello un poco despeinado.
Entró a la camioneta y rápido te abrazó, ambos parecían locos mirando cada parte de sus cuerpos y verificando si ambos estaban bien.
— ¿Te tocó? — Negaste con la cabeza mientras sonreías, sacaste un arma bañada en oro dejando a tu esposo con los ojos abiertos como platos, Chris nunca pensó que su inocente novia iba a tener un arma en su mano, mucho menos la manera en la que sonreía satisfecha.
— Entonces esto explica porque tenía sangre ahí abajo, gracias a todos los dioses de que no te hizo nada, porque qué asco tener la polla de ese viejo dentro—
Reíste a carcajadas mientras golpeabas el pecho de tu novio, ambos se abrazaron felices por tenerse uno al otro.
— Debes estar traumada por dispararle a alguien. — Dijo acomodando el cabello que tenías en la cara y acariciando tus mejillas.
— Cariño, soy igual de loca que tú, no digas bobadas —
