Harry abrió los ojos, dándose vuelta en su cama e intentando que los resortes dejaran de clavarse en su espalda.
-¡HARRY POTTER!- escuchó desde abajo de las escaleras.
Su tío Vernon, que trabajaba en una fábrica de taladros, había estado histérico desde el inicio de las vacaciones de verano, gritándole casi a diario por cualquier motivo: Porque lo veía mucho, porque no lo veía, porque hacía ruido, porque no hacia ruido, porque comía, porque no comía, porque Hedwing se zarandeaba en su jaula, porque Hedwing dormía; cualquier cosa era suficiente para que, como ahora, Tío Vernon le gritara histéricamente desde el primer piso y sus pesados pasos retumbaran por toda la casa mientras corría con toda su velocidad hasta la puerta de su habitación.
Eran las seis de la mañana, y Tío Vernon ya estaba azotando su puerta.
-¡Te he dicho mil y una vez que tus amigos fenómenos no tienen permitido escribirte!
Por mucho que Harry estuviera harto siempre de la misma conversación, y las mismas amenazas, y la misma escena una y otra vez de Tío Vernon rompiendo las cartas de sus amigos frente a él, esta vez le dió incluso menos importancia a cuando los trozos de papel cayeron al suelo y Tío Vernon los aplastó con sus pesados pies, llenándolos de polvo.
-¡Hoy no vas a comer!
La puerta fue azotada de nuevo, Harry solo suspiró.
Se levantó de la cama, adolorido, y miró los papeles finos con detalles plateados, era exactamente igual de anticuado que como lo esperaba.
-Le dije que no me mandara una respuesta porque no la iba a poder leer- Harry susurró, limpiando tanto como pudo el polvo del sobre y leyendo apenas al remitente de la carta, "Draco Malfoy".
Harry negó con hastío, la letra de Draco era cursiva tipo carta antigua, de esas que solo puedes mirar y pensar "Qué linda letra" porque no entiendes ni una sola palabra de lo que dice, y ahora que la carta estaba rota iba a ser mucho más complicado.
Sacó los papeles del sobre roto, uniendo los pedazos.
-"Potter", ca, sa, ga, ¿Qué se supone que dice ahí, Draco?- Harry negó enojado, no entendía ni una sola palabra aparte de su nombre escrito al menos quince veces.
Harry se iba a rendir hasta leyó "15:50", era una hora. Harry usó todas sus facultades mentales para saber si junto a la hora había algo más.
Una dirección, una hora, una fecha.
-"Supongo que recibirás esta carta al menos tres días después de que la envie, así que espero verte el 30 de julio a las 15:50 en el Callejón Diagon. Más te vale ir, tonto"- Harry celebró, orgulloso de haber entendido qué decía la carta-. ¡Eso es mañana!-
-¡SILENCIO!- gritó Tío Vernon.
Harry quería arrancarse los cabellos, ¿Cómo iba a llegar hasta Londres a tiempo para ver a Draco si ni siquiera podía salir a comer?
Solo quedaba una opción.
•••
Se mantuvo despierto tanto como podía, el hambre no es el mejor aliado de la resistencia, ni del sueño, tener hambre no era bueno para nada. Esperó a que entre los ruidos que hacia su estómago se escucharan los fuertes ronquidos de Tío Vernon y Dudley. Se armó de valor y abrió la ventana.
-Apúrate, por favor- por entre los barrotes soltó a Hedwing, con una carta en su pico. La carta era para avisarle a Draco que iría y dónde iba a estar en caso de que fuera imposibles para ellos encontrarse, tomando en cuenta que en verano el Callejón Diagon está repleto de niños pequeños, jóvenes vacacionando, y adultos que o trabajan en el callejón o están de vacaciones ahí.
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"I can feel your heartbeat" // Drarry
FanficNo era extraño que Harry escuchara cosas que nadie más podía oír, la voz del basilisco, la voz de Voldemort de vez en cuando, era un sentimiento cotidiano, así que cuando escuchó los golpeteos de algo, creyó inmediato que era otro plan de Voldemort...