"I can feel your heartbeat" // Drarry

06

Harry se levantó lentamente de su posición en el suelo, mirando como la cara de Malfoy de manera extraña y anormal se volvía pálida a la vez que se ponía tan roja como los banderines de Gryffindor.

Harry miró ligeramente hacia arriba, para ver a los ojos al rubio de Slytherin mientras los golpeteos en su cabeza retumbaban de manera exagerada, se sentía como si su cabeza era golpeada desde adentro. Apenas podía oír y ver, el ruido en sus oídos no le daba ni un segundo de descanso, pero aún así estiró su mano hacia Malfoy, tratando de tocar su cuello en un impulso tonto de comprobación, "¿Este idiota es el culpable de todo?, ¿Por qué no lo pensé antes?, era obvio que era él".

–Tú-

La puerta del comedor fue abierta, y una gran cantidad de niños de primer año salió, al parecer uno de los Hufflepuff recibió algún juguete nuevo y todos querían verlo en acción, cosa que distrajo lo suficiente a Harry con el hecho de que debía proteger su brazo en el cabestrillo, dejando a Malfoy escapar.

Harry corrió hasta los dormitorios Gryffindor, los golpes no paraban, así como tampoco su intenso mareo, al subir a tanta velocidad las escaleras mientras estas se movían sin importarles los estudiantes que subían y bajaban por ellas, resbaló en ocasiones, y ahí comprendió el cabestrillo que Madame Pomfrey le sugirió utilizar durante unos días, al apoyarse en los escalones para no caer de rostro y romper sus lentes, su frágil hombro sonó y le trajo un dolor punzante, pero no se iba a detener.

Era Malfoy, todo este maldito tiempo fue Malfoy quien lo estuvo molestando con esos golpes horribles, tantos días, más de dos semanas sin poder concentrarse por culpa de ese mimado Slytherin. Estaba tan enojado ahora mismo, con él mismo y con Malfoy, que hubiera tirado abajo la puerta del dormitorio si no fuera un cuadro en la pared con alguien dentro.

Dijo rápidamente y gritando la contraseña, incluso antes de llegar para que el pasaje se abriera rápidamente.

–Harry, hol-

–¡Te veo luego, Ron!– incluso al pasar, golpeó sin querer el brazo de Ron, iba corriendo a su cuarto, con la sangre hirviéndole en las venas y los golpes ocasionandole dolor en los oídos.

Sacó el Mapa del Merodeador y tomó su varita, mostrando los secretos del mapa de inmediato para correr a la salida nuevamente al ver en el mapa como "Draco Malfoy" iba corriendo a gran velocidad a lo alto de la torre de astrología.

Tomó el atajo más cercano que encontró, llegando prontamente a la puerta de entrada. Se lanzó contra la puerta, en más de una ocasión, como si al primer impacto no se hubiera dado cuenta que Malfoy le puso pestillo a la puerta.

–¡Alohamora!– gritó desde afuera, entrando con enojo y viendo a los ojos a Malfoy, pálido, más de lo normal–. Tú, ¡Eras tú, siempre fuiste tú!

–No sé de qué hablas Cararajada

–¡Cuéntale esa basura a quien te crea Malfoy!– Harry apuntó directamente hacia Malfoy con su varita, los golpeteos seguían, aún–, ¿Qué clase de hechizo usaste?

–No tengo idea de qué hablas, Potter– Malfoy hablaba con el mayor desprecio que su voz podía comunicarle a Harry, pero este solo negaba.

–Pero no negaste que fueras tú– Harry se acercó a Malfoy, quien se tomó del barandal–, ¿Qué hechizo usaste?

–¡No he usado ningún hechizo!

–¡Deja de mentir por una maldita vez en tu vida, Malfoy!

–¡No tengo ni idea de qué estás hablando, por una vez que no hago nada y me acusas de mierda!

–¡Eres un jodido mentiroso!, pero yo te descubrí, te encontré– Harry asentía, estaba tan enojado, tantas cosas malas en tan poco tiempo, y todo por el mismo capricho de Malfoy de tratar de hundirlo–, si, yo te descubrí, esos golpes de mierda, estuviste casi dos semanas golpeando en mi maldita cabeza, ¡Eres un cobarde!

–¡No he golpeado nada, nada!

–¡Lo estoy escuchando ahora!

Malfoy buscó rápidamente su varita, pero un "Expeliarmus" fue suficiente para dejarlo tan indefenso como siempre. Malfoy lucía asustado, y aún así no dejaba de provocar ese maldito golpeteo en su cabeza.

–Potter, aléjate de mi

–Ni siquiera intentes moverte– Harry, a medida que se acercaba, poniendo la punta de su varita contra el cuello de Malfoy, presionando sobre la unión del cuello y la mandíbula–, ¿Qué fue lo que hiciste?

–No he hecho nada– lloriqueó Malfoy.

–Deja de mentir, ¿Qué hiciste?

Malfoy respiraba de manera pesada, estaba tan asustado que Harry no podía creer que este fuese su archienemigo de toda la vida.

Harry estiró sus dedos hasta la yugular de Malfoy, sintiendo como las pulsaciones de su sangre iban exactamente al mismo ritmo que los golpes en su cabeza, causándole enojo a Harry.

–¿Es tu corazón?– Harry frunció el ceño.

–No tengo idea de qué hablas.

–Puedo escuchar, literalmente, como tu corazón dice que mientes, Malfoy.