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–¿Por qué?

–¡Potter, aléjate!

Harry retrocedió, Malfoy se sentó en el suelo, cubriendo su rostro con sus manos mientras mantenía la espalda contra las barandas.

–¿Por qué hiciste eso?, ¿Qué beneficio te trae que pueda escuchar tu corazón?, ¿De qué te sirve?

–¡Potter, no sé de qué mierda hablas!

–¡¿Podrías dejar de mentir?!

El silencio entre ambos no interfería en los golpes del corazón de Malfoy en la cabeza de Harry.

–¿Por-

–¡No lo sé, Potter, no lo sé, yo no hice nada!

–Pero es tu propio corazón, ¡Llevo escuchándolo hace casi dos semanas!

Malfoy lo miró extrañado.

–Maldita Pansy– susurró Malfoy

–¿Perdón?

–Todo es culpa de, la patética de mierda esa, por Merlín.

Malfoy lloriqueó unos momentos más, apartando las manos de su rostro, y evitando la mirada de Harry, observando fijamente el suelo de madera.

–¡¿Y bien?!

–Ella dijo que le gustaba, pero yo le di-

–Malfoy, no me interesa tu vida ni lo que hagas con tus amiguitos de Slytherin-

–¿Quieres que te diga lo que yo creo que pasó o no?

–Pues puedes ahorrarme la explicación de que tu amiga está enamorada de ti, eso no me interesa.

–¡Ella hizo esto!– Malfoy gritó histéricamente, haciendo a Harry suspirar y guardar su varita–, ella dijo que sabía que yo gustaba de ella y que iba a hacer de todo para demostrarmelo.

–Tus amigos son igual de basura que tú.

–Lo mismo puedo decir al respecto, Potter.

Los latidos seguían retumbando en sus orejas, pero Harry no quería afrontarlo, si sabía a dónde iba la conversación, pero, ¡No!, es que, se supone que son enemigos desde hace años, se han hecho mucho daño en muchos aspectos mutuamente, ¡Tú no gustas de alguien a quien odias!, sabía que esa era la dirección, pero no tenía sentido alguno.

–Me das asco, Potter.

–Es exactamente por eso que quiero que te calles– Malfoy asintió, Harry caminó por momentos por los alrededores de la habitación–, ¡¿Por qué?!

–No lo sé.

–¡No tiene sentido!, ¡No lo entiendo!, ¡¿Qué mierda te hizo llegar a eso?!, ¡Trataste de matarme al menos dos veces!

–¡Ya lo sé, mierda, ya lo sé!– Malfoy lloraba, torciendo su expresión bajo sus palmas–, ¡Yo tampoco quiero esto!, ¡Me das asco!– sorbió su nariz, levantándose del suelo–, ¡Te odio, te odio con cada centímetro de mi cuerpo, yo tampoco sé por qué!

–¡Entonces déjalo hasta ahí y para con el maldito golpeteo!

–¡No es algo que pueda parar como si nada!

Harry miró hacia abajo, poniendo las manos a sus costados para evitar que sus manos temblaran.

–¿Era necesario pensar en eso antes de dormir?

Malfoy se asustó y luego meneó la cabeza antes de negar.

–Solo pensé en ti una vez.

Harry asintió.

–¿Por qué?, es que, no lo entiendo aún.

–Yo tampoco, Potter.

Harry levantó la vista, y miró incómodamente a los ojos que lo miraban con la misma incomodidad.

Ninguno de los dos estaba contento con la resolución del problema.

–¿Gustas de mi?

–¿Quieres que responda eso en serio?, ¿Eres tan lento, Potter?– Harry asintió, Malfoy tenía razón, no tenía razones para preguntar por eso.

–Aún no lo entiendo, llevas odiándome desde los once años, y yo a ti, ni siquiera es como Hanna dándole falsas señales a Jordan, tú y yo nos odiamos, ese era el trato.

–Te lo he dicho ya unas cuantas veces, yo no quise esto.

Silencio, a excepción de los golpeteos.

–¿Cuándo-

–Hace dos semanas, cuando Pansy hizo el hechizo.

Harry asintió antes de darse cuenta de eso, ¿Hace dos semanas?

–Esa, esa mañana del lunes, ¿Tú, estabas pensando en mi?, ¿Por eso empezó a sonar así?, y si el hechizo era para que supieras quién te gustaba, ¿Por qué lo escucho yo?

–Blaise dice que es porque el hechizo es para revelarle a la persona que te gusta que gustas de ella.

–Como Pansy gustaba de ti...

–Pensó que si gustaba de ella, ella lo escucharía, si.

Latidos, o golpes, retumbaban en su cabeza. Suspiro de Potter, estaba tan cansado de escuchar esos latidos, esos golpes que tanto lo molestaban, arruinaron sus días, sus evaluaciones, sus partidos de Quidditch, pero no quería esto, claro que no, ¿Por qué ese era el motivo?, y peor aún, no quería ni saber cuál era la posible solución. Igualmente preguntó.

–¿Hay un contrahechizo?, ¿Tiempo límite?, ¿Lo que sea?

–Nada que yo sepa.

Harry solo pudo volver sobre sus pasos, y cerrar la puerta de astrología, murmurando groserías mientras iba a la enfermería por su dolor punzante en el hombro y la cabeza por la confusión del origen de los golpeteos.

Latidos.

"I can feel your heartbeat" // DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora