Besar a Malfoy, besar a Malfoy. La idea no dejaba de resonar en su cabeza casi tan vigorosamente como los latidos del Slytherin.
No sabía si debía ser un halago el que Malfoy no solo gustara de él, sino que permitiera que sus pensamientos se llenaran de su presencia casi todo el día a toda hora. Era perturbador.
Igualmente no tenía con quien quejarse al respecto, Ron estaba profundamente dormido desde ya casi diez minutos, Finnigan y Longbottom estaban dormidos también, pero ellos no eran muy relevantes tampoco porque tendría que explicarles sus circunstancias y los sentimientos de Malfoy hacia él.
Tapó sus orejas con la almohada, aún sabiendo que no iba a funcionar, decidió darle un intento a la insonorización física. Obviamente no funcionó.
¿En qué tanto piensa?, no parecía nervioso, los latidos afligidos o nerviosos, o agobiados, o ansiosos, o cualquier cosa mala, no iban a un ritmo tan tranquilo y relajado como ese.
Se levantó delicadamente de su cama, yendo lentamente a la sala común de Gryffindor, con pergamino y pluma en mano. "¿En qué tanto piensas?, no me dejas dormir", escribió y esperaba que los manchones de tinta permitieran ver el enojo que sentía. Llamó a Hedwing, pidiéndole amablemente (con un premio) que le llevara la carta a Malfoy. Hedwing lo miró como enojado, casi podía jurar que se negaría a tomar el premio para evitarse tener que realizar el viaje por dentro de los pasillos de Hogwarts a altas horas de la noche con la gata insoportable de Filch rondando por ahí. Tomó igualmente el premio, la carta, y partió.
Harry permaneció sentado junto a la pequeña ventana de la habitación, sintiendo los acompasados latidos de Malfoy en su cabeza. Qué larga fantasía.
Harry debía admitir que saber el origen de los golpes hacía que la ansiedad y la desesperación que sentía al respecto fuese menor, ya no podía asociarlos a otro posible intento de asesinato en su contra, sino a un idiota insoportable de cara larga que no podía dejar de pensar en él. Qué mal sonaba eso y en tantos aspectos.
Los latidos se escucharon rápidos y fuertes, como si una gran emoción hubiese invadido a Malfoy, y por ende la mente de Harry se llenó de "No" en forma de súplica por todas partes. Habían tantas razones para que los latidos se aceleraran, y tomando en cuenta que solo los escucharía si estaba pensando en él, solo le quedaba pedirle a todos los magos que no fuera lo que él pensaba que era.
Hedwing regresó con la carta en su pico y una expresión enojada, seguramente Malfoy no le había dado un premio y solo la tiró fuera de la mazmorra Slytherin. Los rápidos latidos, la carta, Harry suspiró aliviado; tomó la carta con delicadeza, dejando a Hedwing libre de responsabilidades y permitiéndole irse por donde había llegado nuevamente.
"No lo hago a propósito, Cararajada"
El único pensamiento que pudo pasar por su mente en ese instante fue "Pues a propósito deja de hacerlo".
Se acostó en su cama de nuevo. Los latidos paraban por momentos. Harry quería que todo eso terminara YA, pero la idea de llevar a cabo el único remedio a su problema le daba arcadas. No le importaba tanto que fuera un hombre como si le importaba que fuera Malfoy, incluso si fuera una chica, la idea de besar a Malfoy se le hacía repugnante.
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"I can feel your heartbeat" // Drarry
Fiksi PenggemarNo era extraño que Harry escuchara cosas que nadie más podía oír, la voz del basilisco, la voz de Voldemort de vez en cuando, era un sentimiento cotidiano, así que cuando escuchó los golpeteos de algo, creyó inmediato que era otro plan de Voldemort...