Capítulo 5: Saluda, señor Arte.

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Los libros eran un ejército bien entrenado, pues por años se les ordenó no moverse de su sitio y siguen cumpliendo con su misión. Viejos, polvorientos y con más de una hoja rota, los soberanos de guerra aún están listos para ser usados. Se escucha el nacimiento de una melodía antigua para este año 2176 después de cristo, recreada por un ser de dos cabezas, la del honorable último artista del mundo, y la de un monstruo unido a el hambriento de libros de manera literal. Con aburrimiento, se sienta tranquilo en el asiento de la destruida y última biblioteca del mundo, porque todo estaba roto, todo. Todo estaba roto, y radiactivo.

-¿Por qué esas caras? ¿Tienen miedo de que muerda? ¡Pero por favor, yo no muerdo! Adelante, jóvenes míos, se que están escondidos en algún lado.

Da una pequeña risa aquella amalgama de conocimientos. El aire era muy denso y ahogante, pero Kiki parece no importarle. ¡Incluso a mi me darían ganas de vomitar! Creo que Leonel me entiende muy bien. El está mareado, cargando a Kiki en sus brazos en aquel lugar lleno de polvo y escombros, pero por la falta de techo no era tan aterrador por estar iluminado. Aunque la naturaleza este luchando por lo que queda de la historia, la historia es alguien que en su época entrenó mucho para este momento, así que este chico grande no se dejaría vencer tan fácilmente.

Susurrando y temeroso, Leo le dice a la humana:

-Descuida, Kiki, yo me encargo. Pero por favor, te lo ruego, no vayas en ningún lugar. Este lugar es peligroso... -con sus dos manos la toma de las mejillas y le besa la frente de manera suave, ew.

Hablando bastante fuerte como siempre, le responde:

-¡Está bien! ¡No me moveré de aquí! ¡No te preocupes, Leonel!

Sorprendido por el ruido, bastante molesto desde la nada estaba el guardián de aquí. Había hasta un letrero que decía: 'NO GRITAR', cosa que el querubín se dio cuenta, así que nervioso se acerca hacia el desconocido.

-Yo... ¡Cof, cof, cof! ¡L-Lo siento señor! ¡Solo vine a enseñarle a mi amiga a leer!

-¿A leer, dices? ¿Es su primer libro?

-¡S-Si, señor!

-¡Ahh... pero qué maravilla! ¡Anda, puede leer cuanto guste, yo, Arte, te doy permiso en nombre de Ciencia!

-¿Usted reemplaza a alguien?

-Si, porque está en un importantísimo proyecto. Pero eso no te tiene por qué importar, así que anda, saca los libros que quieras; eso sí, ni se te ocurra tocar la biblia. ¿Entendiste, angelito?

-¡P-Pero!

Amenazante, unas de sus cabezas comienza a gruñirle a Leo, mientras que la otra solo lo mira de arriba hacia abajo, juzgándolo por su objeción. Yo estoy de acuerdo con Leo. ¿Por qué quieren censurar cosas importantes? ¡Eso es sabotaje! Eso creo.

-Escucha, tu querido Dios nos abandono y causó toda porquería de planeta, no, ¡De dimensiones! He estado solo por estos santos años por culpa de un falso dios que le importa un carajo su propia creación -saca un cigarrillo y lo enciende por el fuego de un pequeño incendio que estaba cerca de su asiento, fuma y traga el humo tosiendo- puede que no me ocupe del fuego de por allá, pero lo resolveré más tarde. Más tarde, ¿Escuchaste? ¡No como el! Menuda suerte la nuestra, santo cielo...

-¡Son mentiras! -comienza a lagrimear- ¡Lo que dices no es cierto! ¡No nos dejó a nuestra suerte, solo esta desaparecido! ¡No hay pruebas de que lo haya hecho con intención! ¡Así que no sigas con eso por favor!

¡BASTA, ES SUFICIENTE...! Ah, se me olvidaba que mi opinión ya no vale nada.

Capítulo 6: Leyendo memorias.

(PRIMER BORRADOR) La misión de KikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora