Me levanté temprano por la mañana, aún sintiéndome agotado por la discusión de la noche anterior. Me encontraba solo, nuevamente en la habitación de huéspedes de la casa de mi madre.
Bajé a la cocina por un vaso de agua, cosa que no había podido hacer anoche. Pero a mitad de camino, me encontré con mi madre, quien estaba sospechosamente preparándome el desayuno con una sonrisa evidentemente forzada.
- ¡Buenos días, Icma! ¿Dormiste bien? -preguntó mientras me miraba de forma despectiva-
-Cabizbajo, respondí-
- Ah, hola, mamá. Bueno, a decir verdad... no tan bien.
- -Y entre dientes, respondió- Me extraña que digas eso, hijo.
En cualquiera de los casos, el desayuno está listo.
Su actitud era demasiado extraña y empalagosa. Era como si estuviera ocultandome su "enojo" entre sonrisas.
"¿Pero por qué?" Me pregunté
Me estaba incomodando demasiado. Y ya harto, armé valor y le pregunté:
- Oye, mamá... Estás comportándote de una manera sospechosa, ¿estás segura de que estás bien?
-suspirar-
- Icma, ya que me lo imploras, voy a serte sincera.
- ¿Implorar? Mamá, no estoy obligándote.
- Mira, anoche yo tampoco dormí muy bien. Espero que te hayas percatado de mis ojeras.
¡Los gatos de anoche no me dejaron pegar un ojo en absoluto!
- ¿Gatos? Que yo sepa, aquí no hay gatos.
- ¡Por supuesto que sí! ¿Acaso no los escuchaste gimotear? Estuvieron como por dos horas así. Fueron tan ruidosos y molestos, que como ya te dije, no pude dormir en toda la noche. -dijo en un notorio tono lleno de vergüenza y apocamiento-
En el momento que escuche decir eso a mi madre, me paralicé por completo. Los supuestos gatos que ella había escuchado eran en realidad yo y el jefe. Pero lo peor de todo no es que se haya dado cuenta, si no la descripción que ella nos dio: "Gimotear". Me hubiera gustado procurar no hacer ruido durante todo el acto, pero supongo que mi cuerpo reaccionó mucho más antes que mi cerebro...
Fue un momento de placer, imprudencia e insensatez absoluta. Así que no preservé mi comportamiento.
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Estaba tan nervioso y avergonzado por la observación de mi madre, que no sabia que responder. Pero finalmente me digné a decir lo primero que se me vino a la mente. Necesitaba romper el hielo con algo y salvar la situación...
- ¿E-en serio? Ja, ja, vaya... Me desconcierta un poco todo este asunto. Pero aun así, es una lastima que no hayas podido dormir.
- Agradezco que me des la razón. Pero bueno, supongo y espero que esta noche finalmente pueda dormir bien, ya que tu jefe se fue. Lo que hace que no vuelva a quedarse a dormir...
- Espera, ¿el jefe se fue?
Fue en ese preciso instante en el que todos mis recuerdos de la noche anterior aparecieron con claridad. El jefe había emprendido marcha antes del amanecer luego de nuestra aciaga discusión.
Pero eso no era todo. Para rematar el grado de desdicha de mi situación, recordé que hoy tenía que ir al trabajo. A pesar de ser un día feriado (Los preparativos habían vuelto). ¿He de ser tan desafortunado? No puedo ni siquiera dignarme de rezarle a los dioses, todos están contra mío.
Así que, si tenía pensado ir a trabajar en mi día "libre", tenía que prepararme para mi próxima confrontación con el jefe. Este asunto no había terminado.
¿Debería ser yo el que se disculpe? En cualquiera de los casos, lo sabría en el momento que cruce palabras con el jefe.
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A continuación, me vestí, acomodé mi cabello, me despedí de mi mamá y su vetusta casa. O por lo menos, así la llamé, sarcásticamente...Luego, finalmente, tomé un tren para ir al trabajo. Tuve que tomar el tren varías horas antes de la hora de llegada, ya que la distancia entre la casa de mi madre y mi trabajo es muy extensa, y el jefe ya no estaba para llevarme junto a él al trabajo...
¡Pero que va! No puedo fatigarme ahora. La desgastante rutina recién había vuelto a empezar.
Siendo sincero, no recuerdo la cara de mis colegas...
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Antes de que me diera cuenta, me había quedado dormido. Sin embargo, mi estación, milagrosamente, no había pasado. Así que, por un momento, pensé que estaba libre de inconvenientes. Al menos así fue, hasta que mire la hora...Eran las 8:30
¡Estaba llegando excesivamente tarde!Me bajé en la siguiente estación, tome el primer taxi que vi y me dirigí a la empresa.
Apenas puse un pie, los demás empleados, o sea, mis colegas, me aojaron con aversión. Supongo que, luego de todos los incidentes, había obtenido una mala fama. De todos modos, era de esperarse...
ººººº
Entré a la oficina y me senté en mi banco. No pude concentrarme en mi trabajo en lo absoluto, los murmullos eran agobiantes.
Creí que iba a volverme loco, hasta que una voz monótona, desgraciadamente, irrumpió en mi oído.
- Oye, ¿no te dejan exánime todos esos murmullos?
Me di la vuelta para ver quién era y me encontré con una larga cabellera negra que me hacía vislumbrar.
Esforcé la vista para intentar distinguir aunque sea un centímetro del rostro de este ser tan hermético, y cuando logré hacerlo... ¡Me lleve el peor desencanto de todos!
Se trataba ni más ni menos que de la gravosa Meredith. ¿Qué pretendía parlotearme ahora?
Aun así, trate de ser lo más simpático posible.
- Sí, ¿a ti también? -respondí-
- Bueno, espero que no estés pensando que todos esos susurros van dirigidos específicamente para ti. Resulta ser que, extrañamente, el jefe ha faltado hoy. ¿Tú no sabes nada?
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¡Hola! Les traigo el nuevo capítulo después de tres semanas.¿Realmente pensaron que había finalizado mi deplorable fanfic? Bueno, la respuesta es no.
Aun así, siento que esto no está yendo a ninguna parte. A veces creo que no estoy expresando muy bien lo que Icma quiere o siente. Más bien, sus sentimientos son "fluidos".
Voy a tratar de solucionar eso. Cada capítulo que subo es más soporífero que el anterior...
¡Esperen el próximo, mis 5 lectores! ( ゜∋゜)