Ming

Imparable

El general Mi-youn12 se encontraba aprisionado bajo el yugo de los dos pilares demonio, las cadenas de oscuridad del pilar demonio de la verdad y la prisión ácida ardiente del pilar de la fealdad, pronto, las carcajadas de ambos individuos se hicieron notar tan siniestras y aterradoras… inmersos en la eterna confianza que irradia en lo más profundo de sus seres físicos, los dos demonios se tiran y contemplan en primicia al segundo de los doce pilares, el pilar del castigo.

- Será mejor que no lo subestimen… -

Comentó el Anubis demoniaco exhibiendo el grosor escalofriante en su tono de voz que en contraste con su imponente cruzar de brazos, el se muestra como un ser que podría estar por encima incluso de algunos pilares demonio, no obstante, cuando sus camaradas estaban a punto de responderle, algo realmente perturbador ocurría a sus espaldas, los dos demonios volvieron a girarse y retomaron postura al observar que el general de los Ming estaba irradiando una luz sin igual en forma de aura que fluye por todo su cuerpo.

Era un aura de color azul claro, y al encontrarse envuelto en el interior de aquella cápsula líquida verdosa, en el líquido se observa la forma en que el azulino resplandor que sulfura grandes cantidades de burbujas ansiosas por abandonar la prisión liquida. El demonio de la fealdad, aquel sujeto fuera de forma cuyo cuerpo está hecho de la misma sustancia gelatinosa verdosa comentó con sorpresa y desagrado.

- Ese tipo, está calentando mi prisión de adentro hacia afuera, pero que tontería, como se atreve?, los jugos que lo rodean son tan ardientes como la misma estrella que domina en este sistema solar, no puedes hacer nada. –

El pilar demonio de la verdad añadió la pronunciación de sus palabras en opinión a su punto de vista.

- Eso sin mencionar que mientras mis cadenas de oscuridad te sigan atando, no podrás escapar. –

Se jactó aquel demonio de grandes alas oscuras en su espalda, pero desafortunadamente, ni siquiera él se alcanzó a percatar que un definido rayo láser de color azul resplandeciente disparado desde los ojos del general Mi-youn12 ya se estaba acercando a él, de hecho, para cuando se dio cuenta, la energía del rayo ya había atravesado el tejido de su piel, sus músculos, sus huesos y más específicamente, su corazón vital, aquel rayo goza de tener un poder increíblemente abismal de perforación capaz de neutralizar hasta la mas fina defensa hasta reducirla al cero porciento.

El demonio recibió el ataque de lleno y el mismo rayo láser ocular del general Mi-youn12 salió por la espalda de la víctima afectada siguiendo su curso hasta lo más profundo del horizonte, dejando en su camino una inmensa salpicadura de sangre por la turbia perforación… el pilar de la verdad se ha quedado anonadado con sus ojos abiertos de par en par al igual que su boca la cual no paraba de escupir sangre.

Por el choque del ataque, su cuerpo desfalleció hacia atrás y su cadáver, finalmente cayó al suelo entre los brazos de la muerte que ha reclamado su alma.
El pilar del castigo observó de reojo la caída más patética de uno de los doce pilares frente a sus ojos, y con un gesto sublime de desprecio, lo ignoró.

- Que patético, eso te pasa por confiarte, en una batalla nunca deben subestimar al enemigo, no importa que tan débil parezca ser, nunca deben subestimarlo. –

Comentó el Anubis demoniaco viéndose decepcionado por lo que acaba de ocurrir, por otra parte, el pilar de la fealdad al ser testigo de la muerte de su camarada, se giró hacia el general Mi-youn12 observándolo con un odio y una frialdad psicópata terrible.

- Oye maldito imbécil, ahora sí que te pasaste de la raya, te voy a matar… -

La voz del demonio era clara, lo suficiente como para que Mi-youn12 lo pudiera escuchar desde los adentros de la cápsula líquida, pero en ese entonces, algo más ocurrió, y es que la cápsula líquida pronto comenzó su ciclo de evaporación, el líquido se convertía en vapor disminuyendo su volumen a una velocidad increíble hasta finalmente liberar al general de los Ming completamente, pues incluso, las cadenas oscuras que lo aprisionaban también desaparecieron, lo que confirma la muerte del pilar de la verdad. El general Mi-youn12 añadió tras su cruel y despiadada matanza.