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Ya han pasado 2 semanas desde mi encuentro con Christopher en ese baño, mi cita con Antoni y ese raro no tan raro mensaje, estas semanas se han resumido en correteo por mi boda. ¿Cuando entenderán que no quiero casarme joder?

Como decía, estoy estresada, me tienen a toda hora presionada con la maldita boda de mierda, hoy tenemos una conferencia con otros inversionistas para mantener la buena imagen de la empresa y que vean a los futuros esposos rebosantes de amor.

Suspiro acariciando el vestido que elegí para ponerme, si lo sigo pensando voy a mandar todo a la mierda. Entro al baño con el dichoso vestido y me lo pongo, es ajustado a mi cadera, resalta mis curvas y tiene una abertura en el muslo derecho, me maquillo y le hago varias ondas a mi cabello. Los labios me los pinto de rojo carmesí que combina con mi vestido y mis tacones rojos. Ya parezco dinamita.

Salgo del baño y bajo las escaleras, la mirada de mis padres y de mia hermanas se posan en mi.

—Vámonos de una vez antes de que me arrepienta —gruño tomando mi bolso.

Salen detrás de mi sin decir una palabra pero las sonrisas que tienen plasmadas en el rostro lo dicen todo.

Vamos en el auto de papá hasta el hotel donde se hará la dichosa conferencia de mierda. Mi padre le da las llaves del auto al botones del hotel para que lo aparque y bajamos, en la entrada nos espera Alex Morgan quien se acerca silbando.

—Dignas hijas de Luciana, se ven hermosas —todas sonreímos y le da la mano a papá —. ¿Me permitirías entrar del brazo de la mayor de las James?.

—Ni de broma entrarás con mi esposa Morgan —dice papá y me río por lo celoso que es.

Alex también se ríe y inclina la cabeza en mi dirección.

—Me refería a ella —me tiende la mano —. ¿Me harías el honor de entrar colgada de mi hombro?.

—Oiga que mi hermana no tiene complejo de mono para colgarse —regaña Emma a Alex y todos se ríen.

Tomo su mano y sonrío.

—Claro, después de mi daddy eres el Morgan más guapo.

—Vaya gracias nuera.

Hago una mueca.

—Si vamos a entrar juntos por favor nada de esos chistecitos, no tienen gracia.

—Para ellos sí —señala a mis padres y mis hermanas que se adelantan ríendose —. Además lo serás así que acostumbrate que te llamaré así.

Resoplo y finalmente entramos. Me gano la mirada de todos, doy mi mejor sonrisa forzada y sigo caminando del brazo de Alex, el cual me susurra al oído.

—Dejame decirte Rachel. Que el rojo es kriptonita para los Morgan.

Volteo a verlo sonriente.

—Mira eso, no me lo sabía.

—Christopher va a explotar cuando te vea —inquiere.

Me encojo de hombros.

—Que se aguante.

Reece y Regina vienen a saludarnos.

—Mi sol vaya selección de color. No digo que te quede mal pero...

—El rojo es kriptonita para nosotros —dice Regina.

—A alguien le va a dar algo —se burla Reece.

Un camarero pasa con una bandeja con copas de champagne, todos toman una y yo también por supuesto. Miro a todos lados, empresarios por aquí y por allá, pero no veo a Christopher por ningún lado.

Alocado Matrimonio [Chrischel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora