15

319 28 5
                                    

¡Maldita sea!

Observo al hombre frente a mí como una total acosadora.

Joder qué bueno está.

Eso no ayuda en nada a mis malditas hormonas.

— ¿No me invitan a sentarme? —dice serio.

Asiento y se sienta a mi lado, me rodea los hombros con su mano y respira en mi oído, me estremezco y relamo mis labios resecos.

— ¿De qué hablabas con mi mujer Mascherano?.

—No de mucho, en realidad estábamos por besarnos hasta que apareciste —le dice con burla.

Christopher me aprieta el hombro y cierro los ojos temiéndome lo peor.

— ¿Oh en serio? Pues perdón por interrumpir —sonríe de medio lado y me derrito.

—Vuelvo enseguida principessa, iré a verificar nuestro pedido —asiento y se va.

Chris voltea a verme y yo hago lo mismo, nuestras narices se rozan y nuestras respiraciones chocan entre ellas.

—Siento tanto el haber interrumpido tu casi beso con Antoni —dice acariciando mis labios con los suyos al hablar y suelto un jadeo.

—No...

— ¿No qué? —pasa la lengua por mis labios.

Me aferro a su camisa.

—Christopher —intento hablar pero las palabras no me salen.

Baja una mano por mis muslos y sube lentamente mi falda hasta tocar mis bragas, escondo mi cara en su cuello y sigue su recorrido, aparta mis bragas y cuando va a tocarme directamente ahí se aleja dejándome confundida.

— ¿Pero qué diablos sucede contigo Christopher? —reclamo.

—Es que viniste aquí con Mascherano, no conmigo. ¿Cómo esperas que sea yo el que te haga retorcerte y gemir de placer? —susurra en mi oreja seguido de una lamida.

Carajo.

—Vamo...

—Llegué.

Maldición. ¿Porqué a mí?.

Cierro los ojos respirando profundo y miro la comida delante de mí, con tantas cosas ya se me fue el apetito.

—Christopher —abro los ojos y veo a una mesera hablarle a Christopher.

Este le da una sonrisa torcida.

—Irina. ¿Cuánto tiempo muñeca?.

Frunzo el ceño ante el apelativo, la tal Irina se sonroja y se cruza de brazos haciendo que le resalten los pechos cubiertos por la tela de su camisa.

Miro a Christopher con cara de «mírala y me vas a conocer desgraciado».

Detesto estos malditos celos que me carcomen la existencia.

Irina ni me toma en cuenta, sólo se inclina dejándole las tetas en la cara a MI marido.

Me levanto y la tomo por el cuello.

— ¿Ves esto? —le muestro mi alianza —Es una maldita alianza de matrimonio, ese hombre es mío —aprieto más mi agarre —. No quiero volver a verte cerca de mi marido y pienso hablar con tu superior, no es aceptable que tenga a —la miro de arriba a abajo —, mujeres como tú en este local. Ahora largo.

Irina huye despavorida sobándose el cuello mientras yo trato de regular mi respiración. Me siento sobre el regazo de Christopher y lo tomo del cuello de la camisa acercándolo a mis labios.

—Nunca, jamás en tu maldita vida Christopher, se te ocurra mirar a otra mujer que no sea yo —digo furiosa.

—Rachel...

—Tu eres mío, eres mi marido, mi hombre, mi todo. ¡Eres el hombre que me folla riquísimo! —grito y todos en la cafetería me miran asombrados.

—Rachel estás montando un espectáculo —intenta callarme.

— ¡No me importa! —le sujeto la barbilla y hago que me mire a los ojos —. ¡No tocas, no besas, y jodidamente no ves por otros malditos ojos que no sean los míos —declaro y lo beso furiosa.

Mordisqueo sus labios y cuando abre la boca meto mi lengua en ella jugando con la suya, me agarra las caderas y profundiza el beso, empiezo a moverme sobre él quién gruñe.

—Me matas —jadea sobre mis labios y le muerdo el inferior.

—Sácame de aquí y te mataré de forma placentera —gimo en su oído.

—Bien —se levanta y anclo mis piernas en su cintura —. Hasta la vista Mascherano —se burla, joder había olvidado que Antoni estaba aquí.

Me saca fuera de la cafetería mientras chupo y lamo su cuello, abre la puerta del McLaren y me suelta en el asiento de copiloto, se sube y arranca.

Maneja serio y tiene la mandíbula tensa, joder como me pone verlo así.

En menos de 5 minutos estamos en su casa. Salimos del auto y parece un salvaje cuando me echa en su hombro y entra conmigo riéndome como posesa.

Alex y Sara nos miran divertidos, me encojo de hombros y Christopher sube hasta su habitación. Zeus al verme comienza a ladrar pero el orangután lo saca a la fuerza del cuarto.

Cierra con pestillo y me arroja con fuerza a la cama. Mi cabello cae por mis hombros en cascada y me recargo en mis codos para poder verlo.

—Ahora —habla con voz ronca y sexy —. Abre esa linda boquita y empieza a decirme qué carajos hacías con Mascherano.

— ¿Y si mejor la abro para otra cosa?  —me lamo los labios mirando el bulto en sus pantalones.

—Desde ahora, me llamarás coronel o mi amor. ¿Entendido?.

Sonrío de medio lado.

—Como ordene, coronel.

Holaaa mis amoreeeeess, como se encuentran?.

Yo bien, aquí les dejo esto, un poco corto lo sé, pero el próximo sera larguísimo y pues necesitaba subir este rápido.

Besos a todas💙

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Alocado Matrimonio [Chrischel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora