trece

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Los días pasaban y aunque allí dentro se encontraban en una nube, el hecho de estar aislados y sin ningún tipo de estimulo externo les empezaba a pasar factura. Naiara, cada vez tenía más presente que el concurso estaba llegando a la recta final y eso significaba que debía afrontar demasiadas cosas de las que no sabía si iba a poder ser capaz. Por una parte estaba lo profesional, aunque tenía bastante claro lo que quería hacer con su carrera aún tenía ciertas dudas de por donde terminaría enfocándola. Luego estaba lo personal, ahí era todo un caos. Era evidente que entre Lucas y ella estaba pasando algo maravilloso ahí dentro pero el problema venía cuando pensaba en lo que pasará cuando tengan que salir. Ella lo quería demasiado, más de lo que podía llegar admitir pero ¿él la quería de igual manera? Aquella  pregunta rondaba por su cabeza día y noche. Quería preguntárselo, dejar las cartas sobre la mesa y ver que ocurría pero por otra parte tenía miedo de enfrentarse a ese momento pues, sabía que si no escuchaba lo que ella quería oír, iba a derrumbarse y no era ni de lejos el mejor momento para eso.

Hoy habían tenido el primer pase de micros, donde Lucas quedó bastante satisfecho con su presentación, pues era un tema que le encantaba y sabía defender bastante bien. Sin embargo Naiara, no podía decir lo mismo, a pesar de que la canción le gustaba mucho y había querido versionarla de una manera un poco distinta no terminaba de encajar con ella. No sabía si era porque se le había juntado todo a porque su actitud últimamente pesimista le estaba jugando una mala pasada. Por eso, al terminar todas las actuaciones no pudo evitar derrumbarse, sentía demasiada presión y era la única forma que tenía de sacarla. Noemí visiblemente preocupada se acercó a ella para abrazarla. 

—¿Qué ocurre, cariño? —preguntó la directora. 

—No sé, estoy muy agobiada. 

—¿Con la canción? Porque si es por eso he de decirte que es el primer pase en dos meses que llevamos, en el que te veo un poco perdida. Siempre defiendes muy bien las canciones y estoy totalmente segura de que esta va a ser una más en esa lista. —intentó animarla. 

—Ya lo sé, si estoy convencida de que por mis narices lo voy a hacer bien. Pero esta semana me está costando todo demasiado, no sé que me pasa. —dijo dejando caer las lágrimas.

—Pues todo, cariño, te pasa todo. Son dos meses sin salir de aquí y eso tiene que empezar a notarse además de que yo sé que llevas demasiadas cosas en la cabeza y muchas de ellas no te corresponden —dijo Noemí mirándola, dándole a entender por donde iba la conversación. 

—¿Y que hago? Es que no puedo evitarlo. 

—Igual te vendría bien pedir hora con la psicóloga, tus compañeros han ido y les ha ido de maravilla. 

—No sé, ya se me pasará. Solo son días tontos. —trató de autoconvencerse. 

—¿Y si no lo son? Cariño, no siempre se puede estar bien, no tienes que hacerte la fuerte. Aquí estamos para ayudarte. 

—Me lo pensaré. Gracias Noe. —dijo abrazándola con fuerza. 

—De nada, cielo. Por cierto, te han dejado en recepción la maleta que pediste, por si quieres ir a por ella. 

—Vale gracias, ahora voy. 

La directora le dedicó una amable sonrisa y se marchó. Naiara fue a buscar la maleta y la dejó al lado de su armario para después ir a corriendo al aula de Manu, donde iban a empezar el ensayo grupal. Al entrar ya se encontraban todos sus compañeros allí, así que fue directa a ocupar su sitio de siempre. Alzó la vista al frente y su mirada se cruzó con la del uruguayo, quién la observaba curioso. Pudo descubrir algo de preocupación en él, supuso que al ver su rostro algo colorado por las lágrimas. Él le preguntó con la mirada y ella gesticuló un "estoy bien" con la boca que poco logró tranquilizarlo.

Una vida para amar || LunaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora