diecisiete

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El día tan esperado había llegado, hoy firmarían en tres ciudades los discos con los mejores éxitos del programa. La alarma sobresaltó a Naiara que permanecía tumbada en la cama esperando a que llegara la hora de levantarse. Apenas había podido dormir debido al nerviosismo que le producía pensar en lo que estaban a punto de vivir y para que mentirse, tampoco había dejado de pensar en aquella posibilidad de la que Lucas y ella habían hablado. 

Se levantó despacio, tratando de no despertar al uruguayo, que dormía profundamente a su lado. Ella y sus dos compañeros eran los primeros en levantarse pues debían coger un ave temprano hacía Zaragoza. Juanjo y Álvaro la esperaban sentados en el comedor tomando un café, que a ella también habían preparado. 

—¿Estáis nerviosos? Porque yo apenas he podido dormir en toda la noche. —dijo Álvaro bostezando. 

—Yo tampoco he podido, no he dejado de imaginar lo que nos vamos a encontrar. —comentó Naiara.

—Os imagináis que solo van cinco personas. —bromeó Juanjo.

—Pues no lo descartéis, eh. No creo que solo vayan cinco pero a lo mejor si habrá menos personas de las que nos imaginamos. 

—Bueno eso es lo de menos, lo importante es que les agradezcamos con todo el cariño que hayan venido. —concluyó la morena. 

Terminaron de desayunar y comenzaron a arreglarse. Naiara se puso algo cómodo pero fiel a su estilo, se maquilló un poco y antes de irse entró a la habitación a por su móvil que había dejado allí dentro. Se acercó a la cama, donde todavía se encontraba Lucas y se agachó a su lado. 

—Luqui. —murmuró acariciándole la cara. 

El uruguayo abrió los ojos en cuanto escuchó su voz, pues recordó que el día anterior le pidió que le avisará antes de irse para así poder despedirse de ella. 

—¿Ya te vas? —preguntó incorporándose en la cama.

—Sí, en unos cinco minutos vienen a recogernos. 

—Estás guapísima, Nai. —dijo observándola de arriba a abajo.

—Gracias. —esbozó una sonrisa que enseguida se desvaneció. 

—Hey, vení acá. 

Lucas la obligó a levantarse y sentarse a su lado. Podía notar que estaba preocupada y él sabía de sobra cual era el motivo pero no quería que se fuera con una mala sensación. Quería trasmitirle seguridad y demostrarle una vez más cuanto la quería. 

—No pensés más en eso ¿okey? Sé que es difícil, créeme que yo también le doy vueltas a la cabeza pero como ya te dije no tengo ninguna duda de lo nuestro. 

—Lo sé, Lucas, pero no puedo evitarlo. 

—Te aseguro que vas a estar en mi pensamiento todo el día. Es la primera vez que nos separamos en dos meses y solo de pensarlo ya te estoy extrañando. —confesó el uruguayo. 

—Para mi también va a ser difícil no tenerte cerca. 

—Entonces pensá en la vuelta. Se me están ocurriendo muchas maneras distintas de recibirte. —dijo pícaro. 

—¿Ah si? ¿Cómo cuales? —preguntó ella siguiéndole el juego. 

—Mejor te las muestro después. 

Se acercó a ella para besarla pero cuando se quiso dar cuenta ella ya tenía los labios sobre los suyos. Lo besó con ansia, como si no quisiera apartarse de él pero se vio obligada a hacerlo cuando Juanjo la avisó de que debían irse. 

—Andá y disfruta. Vas a ser la reina de esa firma. 

Naiara se levantó de su lado algo más tranquila de lo que había entrado. Antes de salir volvió a dejar un corto beso en los labios de Lucas y se marchó riendo a causa de la palmadita que él había dejado en su trasero.

Una vida para amar || LunaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora