Razorblade Romance

Capítulo 11

Razorblade Romance

Right here in my arms

Luz estaba en blanco mentalmente, no tenía ni idea de cómo proceder. Por un lado, se había sincerado con Amity respecto a lo que había sido su iniciación en el mundo sexual. Por otro, estaba shockeada por el hecho de tener que llevar a su esposa a conocer y pedir un favor a su ex, ignoraba además de lo mucho que Terra podría haber cambiado los últimos años.

Amity por su lado estaba expectante, por un lado se resistía a acompañar a Luz, no quería tener contacto con esa mujer que se le antojaba tan desagradable y odiosa, había tomado por la fuerza a su amada y, como quiera que hubiesen terminado las cosas, era una mujer que, por una ompor otra razón había abusado de una chica varios años menor que ella y que merecía cuando menos, un trato como el que Luz le dio a la tipa del callejón.

En lugar de discutir o hacer algo peor como irsele a Luz encima por aquello, Amity optó por no hacer nada salvo acompañar a Luz y que el cielo tuviese piedad de Terra si decía o hacia algo que a la chica de cabellos malva no le gustase.

Terra Snapdragon llegó temprano al lugar de la cita, un restaurante bistró muy exclusivo en la zona uppers.east side de Gravesfield, un sitio bastante único y exclusivo. Amity se mordió el labio al ver el aire tan sofisticado y elitista de aquel lugar, recordaba que ella misma solía frecuentar sitios así en un lejano pasado, antes de reencontrarse con Luz.

Sabía bien que aquella mujer le estaba marcando territorio y, aún sin haberla conocido, Amity ya sentía que la odiaba con una profundidad tremenda para una mujer de su edad.

—¿Tienen ustedes, reservación? –les preguntó la maitre recepcionista de la entrada.

—Luz Noceda y esposa. –dijo Luz sintiendo la boca seca.

La chica echó una ojeada y al fin sonrió mirando a la.pareja.

—La señora Snapdragon está en su gabinete privado aguardando por ustedes, señoritas.

Amity torció el gesto internamente almver la majestuosa belleza del interior del bistró, media luz, gabinetes privados protegidos del exterior con gruesos terciopelos que dividían los gabinetes así como una separación lo bastante digna para evitar que estén demasiado juntos.

Luz tomó a Amity del brazo y la llevo con seguridad hasta el gabinete indicado. Efectivamente, dentro de aquel gabinete oscuro e íntimo, estaba ella, su primera vez, Terra.

Luz suspiró tomando aire después preparándose para encarar a la mujer que hacía años había abandonado para ir en busca de la felicidad que para ella tenía un nombre, Amity Blight.

—Terra... –habló Luz sin atreverse a entrar al gabinete aún.

—Pasa, Noceda... –no era la voz de Terra, era Kikimora, reconoció su voluntad al instante.

Luz, tomando de la mano a su esposa para fortalecerse, corrió el cortinaje de terciopelo para entrar en el gabinete. Efectivamente, ahí estaba Terra, un tanto más avejentada pero aún lo bastante altiva para dedicarle una sonrisa más que sugerente a Luz a modo de bienvenida.

—Hacia eones que no sabía de ti, lucecita... ¿Cómo te ha ido en la vida? –la saludó la mujer madura con una sonrisa coqueta mirando después a la acompañante de su ex amante con curiosidad divertida. —¿No nos presentas?

—C-claro... Hola, Terra, ella es Amity Blight-Noceda, es mi esposa y madre de mis dos hijas...

Tanto Kikimora como Terra se quedaron absortas antes de esbozar una sonrisa enigmática.