Narradora.
Izuku pataleaba contra el cuerpo que lo sostenía, gritaba un "suéltame" bastante ronco, ya que le dolía mucho la garganta y de apoco su voz iba disminuyendo.
Katsuki podía oler el dolor que estaba sintiendo el peli-verde, sus brazos lo sujetaban firmemente. No estaba en sus planes dejarlo escapar, aunque fuese en vano.
-nerd, quédate quieto o te haré quedar quieto sin ganas- esa fue la amenaza de Katsuki, que hizo que Izuku dejara de patalear, lo que menos queria en ese estado era recibir un golpe que lo noqueara.
Katsuki llevo en brazos a Izuku donde su casa. Afuera de esta, diviso el auto de su madre y sonrió arrogante.
*Lo suponía*
Esos fueron los pensamientos del peli-cenizo. El no estaba dispuesto a dejar que Izuku saliera corriendo o le rogara que no contara nada.
Ahora que lo piensa, Izuku era muy liviano, demasiado para estos momentos. ¿Tanto le había atacado la Anorexia? O mejor, ¿Tanto le afectaron sus palabras?
Llegaron enfrente de la puerta y toco suavemente, no quiera espantar a las dos mujeres de adentro.
Katsuki, haciendo maniobras, le quitó silenciosamente el sobre que le había dado Kuro a Izuku.
El mismo se lo daria y discutiría con la madre de Izuku, Inko.
Estaba seguro que, Inko lloraría y su madre lo mataría si contaba la parte donde aparecía el. Así que decidió emitir ese detalle.Sabe que sonará como un cobarde, pero no quiere agregar más tensión o mejor más peso a los hombros de la tía inko. Y sabe que el nerd no dirá nada.
Una mujer de cabellos verdes abre suavemente la puerta, solo dejando ver su ojo. Ve a su hijo en los brazos del peli-cenizo y se espanta.
-Katsuki-kun, ¿Que le ah pasado a mi bebé?- dijo con voz tranquila, aunque su cara detonaba preocupación.
Katsuki se quedó en blanco, no sabía cómo decirle. Así que, optó por decirle que se había quedado dormido en medio de la clase por el agotamiento de estudio.
*No creo que la tía inko se de cuenta*
-Es que, Tía inko. Izuku-Kun se quedó dormido en clase por el agotamiento de tanto estudiar. Así que, para no despertarlo decidí traerlo en brazos y dejarlo descansar.
Katsuki dijo eso con voz tranquila y en susurro. Tampoco quería que Izuku se despertara y comenzará a decir excusas tontas que no tenían nada que ver con lo que el le había dicho.
-oh, está bien Katsuki-kun, lamento que debieras traerlo.- la mujer dijo eso con voz pacífica, que cualquiera que estuviese a su lado sonreíria con tan solo escuchar ese tono.
Katsuki se quitó los zapatos aún cargando a Izuku, paso de largo a su madre que solo observaba, eso le pareció extraño a Katsuki. Pero no dijo nada.
Tampoco es como si le importa se mucho en el momento, le importaba llevar a Izuku a su habitación y dejarlo descansar. Porque si lo veías de cerca se notaba bastante que tenía maquillaje encima.
De eso se había dado cuenta Katsuki hace unos días, desde el primer día que vió a Izuku entrar con la piel como nueva. Le pareció bastante extraño, por lo que lo comenzó a espiar de cerca hasta que vió, en el baño, como se colocaba una pomada para ojeras.
A Katsuki no le sorprendió bastante, le pareció muy estratégico en el momento que Izuku hiciera eso para que el no se diese cuenta. Pero, ese maquillaje pasaba desapercibido para todos menos el. Que era un observador desde la cuna.
Luego de dejar a Izuku en su cama y arroparlo. Katsuki le dió la última ojeada y cerró la puerta silenciosamente.
Bajo rápidamente las escaleras, recibiendo un regaño de su madre por apurado. Le dió poca importancia.
-oye, tía inko, esto te lo manda Kuro. El enfermero escolar.- dijo con cara de preocupación que asustó a las dos mujeres.
Inko casi escupe el te, y Mitsuki casi se ahoga con unas galletas que tenía en la boca.
-¿Sabes de qué trata Katsuki-kun?- pregunto la peli-verde preocupada. Katsuki asintió, las dos mujeres se miraron entre si antes de que Inko agarrase el sobre y lo abriera con manos temblorosas.
Inko y Mitsuki, con cada palabra que leían, se asombraban más. Al terminar de leer la carta, Inko comenzó a llorar y Mitsuki la consolaba.
- tu que sabes sobre esto, Katsuki-kun?- pregunto la mujer entre lágrimas.
- le explicaré como fueron las cosas- y así, Katsuki comenzo a relatar todo lo ocurrido, omitiendo los detalles en dónde el aparecía.
Katsuki aún no estaba listo para decirles que el era el causante de la Anorexia de Izuku. Prefería primero ocuparse de que Izuku ya estuviese mejor y las aguas se calmasen. Luego de que esto pasase hablaría a solas con la Tía Inko.
Inko se sentía muy culpable, ella no sabía que su hijo sufría bulling y acoso en la escuela. Ahora ya sabía porque cuando Izuku llegaba su uniforme estaba todo sucio e Izuku tenía heridas en su cuerpecito.
Inko sentía que su cuerpo poco a poco se desmoronaba, ¿Porque su bebe no le contaba eso? El sabía que podía confiar en ella, solo son ellos dos contra el mundo después de todo. El sabe que siempre se van a tener el uno al otro.
Cuando Inko dejo de llorar, se puso bastante seria. Tanto que asustó a Katsuki. El había dicho que el nunca estaba cuando esas cosas le pasaban a Izuku, ya que siempre estaba en la biblioteca. Lo que, era medianamente cierto.
Mitsuki no había dicho una palabra en toda la conversación, sabía que a ella no le incumbia y que si hablaba solo estorbaría.
Inko sabía que debía hablar con Izuku, y lo haría. Sabe que en el transcurso de la conversación ambos derramarían lágrimas.
[...]
Izuku.
Abro lentamente mis ojos, la luz de mi habitación me cega brevemente, haciendo que vuelva a cerrarlos.
Siento como si hubiese muerto y hubiese reencarnado, de la manera más dolorosa posible.
Vuelvo a abrir los ojos, muevo levemente mi cabeza hacia la ventana, noche...eso era lo que se veía.
Suspiré, mi estómago parecía que iba a explotar si no le daba algo de comer. Saque ese pensamiento de mi cabeza. No me puedo rendir ahora cuando estoy a nada de quedar hasta los huesos.
Gire mi cabeza nuevamente, pero está vez hacia el otro lado encontrándome con mi madre mirándome fijamente. Me asusté.
Su mirada detonaba preocupación, molestia y, sobre todo, tristeza.
-ma-madre? Que hago en casa...?- pregunté tartamudeando, mi garganta estaba seca como normalmente lo estaría.
-Izuku...debemos hablar seriamente- eso lo dijo con seriedad y tranquilidad al mismo tiempo.
[Me dió hueva hacer toda la conversación]
Narradora.
Ambos peli-verdes se abrazaban llorando, les dolía mucho la situación.
Esa noche, era la noche más especial de todas. Dónde muchas personas debían sanar sus corazones y, en caso de Izuku, sus estómagos.
Se prometieron a si mismas que debían sanar. Todas juntas.
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Lamento si el final no fue lo esperado.Es que no tenía muchas ideas preparadas para el final.
Pero, espero les haiga gustado está pequeña historia.
¡Nos leemos en otra!🦋
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Anorexia-(Katsudeku)-
De TodoDesde que Katsuki le dijo: "encima de un quirkless inútil, GORDO". Esas palabras le quedaron marcadas a Izuku.