Little secret [+18] [Fem! Reader]

Capítulo 13

"Me encanta cuando te veo venir... y no precisamente caminando."

Después de que hubiéramos acostado a Yoshio y de haberle dado las buenas noches, Heizou y yo bajamos al salón. Nos acomodamos en el sofá, uno al lado del otro, y le observé con seriedad. Decidimos que antes de tener sexo, debíamos de aclarar las cosas.

― Empieza, novato― Exigí arqueando las cejas.

Mi subordinado soltó una risita ante ese apodo y se inclinó hacia mí para susurrarme al oído:

― Me encanta cuando te pones dominante― Declaró y un escalofrío placentero recorrió mi columna.

― Shikanoin― Le llamé por su apellido con toda la seriedad que habitaba en mi interior―. Por favor.

El contrario rió y se reincorporó, dedicándome una mirada socarrona.

― Está bien, está bien... Allá voy...― Miró hacia el techo, haciendo memoria antes de comenzar a hablar― Todo comenzó la primera vez que te vi... desde el principio supe que había algo raro contigo. Pero comencé a sospechar con pruebas desde el primer asesinato... ¡Era tan obvio que tenías relación con él!― Rió entre dientes y cerró los ojos para suspirar― Reaccionaste de una forma muy rara... Parecía que tratabas de actuar ser tú, es extraño, pero así se sentía. No te portabas igual que con el resto de casos.

Le observé en silencio y torcí el gesto. Al parecer no había sido tan buena escondiéndome como pensaba.

― Continúa.

― Entendido, jefa― Dijo con burla antes de proseguir―. Luego, cuando te vi desnuda (tienes unas tetas preciosas, por cierto), vi que te estabas tapando la parte de atrás de los hombros, algo que normalmente no se haría pues lo lógico es cubrirse los pechos, pensé que quizá tenías algo que ocultar...

El chico se inclinó sobre mí y tomó mi mentón entre sus dedos. Le observé con disconformidad, chasqueando la lengua por haber sido atrapada de forma tan sencilla. Heizou besó mis labios de forma rápida y las yemas de su otra mano acariciaron mi omóplato izquierdo por encima de mi ropa. Ese en el que la marca del gremio al que pertenecía estaba grabada a fuego sobre mi piel, arrancando un escalofrío en todo mi cuerpo que recorrió desde donde sus dedos me tocaban hasta la punta de mis pies.

― Heizou― Susurré su nombre y fruncí los labios―. No, por favor.

El chico sonrió y su mirada se deslizó por la zona de mi espalda que estaba acariciando.

― Quiero verte― Confesó―. Quiero ver lo que tanto te acompleja y arrancarte esa sensación a besos.

Suspiré y me estremecí entre sus brazos, bajando mi mirada a su boca, deseosa.

― Pero aún no has acabado de contarme...

― Oh, bueno― El detective curvó sus labios hacia arriba―, después de eso comencé a pensar en las ganas que tenía de verte desnuda y saber qué es lo que tanto escondes. Sé que tienes relación con los homicidios y que pertenecías a un gremio... Tengo la suposición de que al gremio de ladrones de visiones sin nombre, ese que estuvo en auge cinco años atrás, pues la manera en la que asesinaron a las tres víctimas eran características de cierto personaje de ese gremio...― Su mirada verde se clavó sobre mí―. Creo que tú eras la que usaba ese método. La forma en la que me clavaste el cuchillo entre los dedos, con la suficiente precisión como para no arrancarmelo pero sí para cortar mi epidermis limpiamente... no es propia de una simple detective. Desde luego, tienes una manos muy precisas, lo suficientes como para degollar y rebanar orejas de forma perfecta. Tal y como se hacía años atrás.