Semana XXXVII: Apnea.

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Es martes en la noche, me encuentro inerte en el piso, la razón ha olvidado para con la tristeza su reproche. Cae la pluma, luego la mano, están agotadas, no logran escribir una letra más, la última vez conté 145 ¿cuántas poesías van? Arjona suena en el tocadisco y solo Apnea en estos momentos me puede representar, hiciste de las letras de Arjona armas que son capaces de matar pues el recuerdo tienden a resucitar.

Tengo tanto amor dentro del pecho que si no lo expulso me matará, mis pulmones olvidaron como darme el oxígeno si no es tu aliento el que puedo respirar, siento que me voy a asfixiar, toso y me encuentro manchas de sangre, mi cuerpo ya no sabe cómo expulsarte. Esta primavera huele a ti, las flores también se enamoraron de tu aroma, ya me da urticaria escuchar a la Luna, le hablé tanto de ti que al parecer hasta a ella la lograste conquistar.

El viento susurra mi nombre imitando tu voz y de repente me encuentro perdida en esta calle buscándote entre la gente con el afán de una vez más verte. Me persigue tu recuerdo y en más de una ocasión ha tomado vida, en aquel chico del bar que tenía tu cabello rizado color almíbar, en el del parque que tocaba la guitarra de manera sin igual, en el del jardín que me acerqué con la esperanza de que fueras tú, en mi profesor de arte que me llamó como solías hacerlo al mirarme.

Estoy perdiendo la razón aunque rara vez he tenido cordura cuando se trata de amor. Te invento en la arena de mar, eres el castillo que creé desde la cima, olvidando los cimientos, ignorando que por ello se iba a desmoronar. Eres el motivo de mis ojeras, de mis insomnios sin tregua, mis noches llevan tu nombre y es injusto que hasta a ellas las robes aunque también me apresas en los sueños, dime ¿acaso has sobornado a Morfeo?

Quiero dominar las artes oscuras, contratar a una bruja para que me saque esta espina del corazón y se la dé a la mujer que amas hoy, quiero que ella sostenga este amor y te lo pueda dar ya que yo jamás te podré acariciar, quiero que obtenga los anhelos de estos besos y con ellos te haga suspirar ya que no te podré volver a amar, quiero que guarde este sentimiento inefable y lo escribia en tu corazón, quiero que ella te hipnotise por tanta pasión ya que yo jamás lo puede lograr, quiero que sea la obra maestra que ha enamorado a tu vista porque yo nunca pude ser tu favorita, quiero que tome tu mano y se pierda en tus parajes como si no hubiera un mañana, quiero que sacrifique la vida por ti si es preciso así como yo lo haría un sinfín.

Quiero cederle este pedazo de mí para salvarme de ti y que sientas esta devoción sin precedentes aunque no sepas que proviene de mí. A ti, estimada desconocida, si un día te pierdes en estas letras cuida a mi amado de sonrisa dormida, recuerda que puede actuar indiferente pero ama sin precedentes, que actúa como un
hombre pero esconde al más tiernos de los pequeños, que sus ojos son tristes pero rivalizan al Edén, que tiene un carácter fuerte pero el beso de quien ama lo puede doblegar, que aprecia las caricias aunque no las pida, que sus sueños y su madre es lo más importante en su vida, que adora jugar y rara vez se le ve estudiar pero su inteligencia es digna de admirar, que le gusta dárselas de frío pero tiene tanto amor para dar, tal vez parezca que no pero su sonrisa es muy dada a los pequeños detalles, te lo digo yo.

Dirá que no ama mucho leer pero háblale sobre Hamlet y escucharás como reaccionará, su cantante predilecto es Arjona pero también le gusta escuchar a Beret y Morat y a Al2 no lo puedo dejar de mencionar. No tolera la mentira, ama irradiar alegría (o al menos eso pude observar) recuerda, su ser está quebrado y por mí, con este obsequio intenta repararlo.

Quiero hacer el hechizo nunca antes practicado, darle a otra estos latidos desenfrenados para que ella los implante en tu alma y yo poder volver a respirar sin la necesidad absurda de volverte a abrazar.

Los 273 latidos de mi corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora