Capítulo 6.

326 50 25
                                    

***

- Despejen y ahora – grito Shoko con ayuda de la única enfermeras que le ayudaba con el desfibrilador. El cuerpo de Yuji se curvo de forma brusca ante la descarga eléctrica, el monitor no cambiaba, llevaban intentando una y otra vez y nada. El corazón de Yuji se había detenido.

La hechicera se sobresaltó por igual cuando Gojo reacciono del trance interrumpido tomando aire de forma brusca, estaba contrariada, no podía dejar a Yuji así que dejo que su amigo se recuperara solo, después lo atendería.

Con el corazón a mil se reclino en la camilla dando RCP, cada segundo contaba, pero ya habían pasado muchos y no había señales de pulso.

Por otro lado el hechicero se restregó el rostro con una de sus manos tratando de que su mente se restableciera, la situación lo golpeo al escuchar tardíamente la respiración agitada de Shoko por el esfuerzo mientras murmuraba una secuencia de números. Se giro rápidamente pescando un mareo que ignoro notando que Shoko estaba presionando el pecho de Yuji mientras una enfermera cargaba la máquina que se negaba a creer que fuera lo que él pensaba

Se giro un poco más viendo el monitor de signos vitales y solo hasta ese momento su corazón se detuvo por unos instantes al ver la línea recta y el sonido chirriante que solo indicaba una cosa. Muerte

Con el cuerpo temblando intento levantarse y aunque lo logro solo pudo sentarse en el sofá cercano, tampoco era que podía ayudar en algo en su estado y tampoco era que tuviera conocimiento alguno en medicina a excepción de lo básico

- ¿Y el ritual inverso? – la habitación adquirió un silencio que a Gojo no le gustaba, Shoko se limitó simplemente a seguir mentalmente lo que hacía, su voz estaba rota, no quería admitir que se sentía tan inútil por el hecho que sus rituales no surtían efecto, lo intento pero por más que intento la regresión nada funciono porque no sabe que está curando exactamente

Gojo al no obtener una respuesta, supo que la situación empeoro, aun si no se lo dijeran ya el panorama lo decía todo. Se cubrió los ojos con la venda ocultando como sus ojos titubeaban mostrando su angustia, jugaba con sus manos nerviosos sosteniendo con fuerza el hilo atado a su mano soportando las pequeñas cantidades de energía que le llegaban a él

- Lo vi, estaba en medio de lo que parecía un mar, no pude hacer nada, me quise acercar pero no pude ni atravesar la barrera – su voz sonó unas octavas abajo conteniendo su angustia, estuvo tan cerca que supuso que el estado deplorable de Yuji ante su muerte lo había sacado junto a Shoko por interrumpir el ritual para atender al más joven

Shoko se limitó a escuchar mientras seguía en su labor, no estaba para hablar su prioridad era el niño que no reaccionaba, su corazón se negaba a funcionar y si pasaba un poco más de tiempo no le quedaba de otra que declarar la hora de muerte, pero hasta ese entonces se negaba a dejarlo morir

El silencio reino solo por un momento, a excepción de la máquina de signos vitales y los murmullos numéricos de Shoko. Cada vez estaban más desesperados al ver a Yuji que no reaccionaba, su pecho ya estaba rojo de las descargas y con cada segundo que pasaba su pánico crecía al creer que Yuji no la lograría

Gojo cerró los ojos tratando de alejar los gritos de Shoko que daba ordenes haciendo todo lo que podía para reanimarlo. Estaba por taparse los oídos cuando el monitor cambio y Shoko dio un grito ahogado de felicidad que incluso la hizo desvanecer al suelo de inmediato aliviada de haber logrado traer de vuelta a Yuji

- Ya está, lo logramos, Itadori aún está con nosotros – sin perder tiempo levanto la vista levantándose rápido para ayudar a su amiga a ponerse de pie, la bruja estaba temblando de la adrenalina que recorría cada parte de su cuerpo, aunque el alivio duro poco. Ambos se vieron un momento para ver como Yuji comenzaba a temblar, ambos se apresuraron para controlar un ataque, lo sostuvieron metiéndole el cuero a la boca para que no se mordiera en el transcurso de la convulsión, ahora con ayuda de la enfermera podían sostenerlo mejor. Con todo el pesar del mundo tuvieron que amarrarle los pies a la camilla para evitar el movimiento

Tu Dueño "Sukuita"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora