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- No tolero que toquen lo mío y Yuji es mío, la osadía de lastimarlo y de tratar de hacerlo tuyo es algo que no perdonare y más si lo hiciste sabiendo que no fue creado para ti. Sabiendo que el mocoso ya tenía dueño – Sukuna dio unas sonrisa divertida mientras se estiraba reacomodando sus músculos, liberándose de la energía que absorbió de Yuji. Elián por su parte solo vatio sus alas lejos de la maldición enfurecida, el brillo sádico en esos ojos rojos como la sangre demostraba lo impaciente que estaba Sukuna por cobrar la ofensa que le hicieron pasar tocando a Yuji y claro por las palabras que Elián le dedico rebajándolo a un Dios falso
- No le he hecho daño, que no sepas ver que le pasa no es problema m... - las palabras fueron cortadas cuando la energía en calma de Sukuna salió sin previo aviso, las aguas del dominio innato de Elián se agitaron de forma tormentosas evaporándose por el cambio cruel de temperatura, una presión sofocante lo abrumo. No se esperó tal arrebato de energía
Sukuna a pesar de poseer un ego alto respecto a su poder no era fanático de demostrarlo, lo hacía solo cuando era necesario. Por lo general se mantenía en calma sincronizándose con la energía de Yuji para estar más acorde al alma del adolescente que si se pasaba de listo intentando abrumar a Yuji con su energía este se lo robaba y no era algo que le agradara por lo que prefería estar tranquilo. Contrario a eso su energía maldita era basta para doblegar a cualquiera solo con sentirla y Elián no fue la excepción
- Para ser una paloma hablas demasiado, tan insoportable como un loro – Sukuna se burló sin una pisca de delicadeza de Elián que intentaba contrarrestar la energía del rey con la de él para respirar mejor – Como dije, no tolero que toquen lo que es mío, ni mucho menos que se atrevan a entrar de forma descarada en mi alma, el ultimo que lo intento termino en pedazos y sin mencionar aquellos que se pasan de listos con una lengua como la tuya
- ¿Qué te dolió más? El hecho que toque al niño o que te dijera la verdad que eres un dios falso – la sonrisa de Sukuna vacilo, aun así se encogió de hombros intentando no caer en las provocaciones, el más que nadie sabía que dejarse llevar por la ira era mala idea – Es irónico como te preocupas por alguien a quien no le tienes una pisca de afecto y solo lo manipulas. Ni siquiera te preocupa lo que le hice ni te tomas la molestia de velar en como absorbió mi energía maldita
- Silencio, no sabes nada y si lo supieras no debería importarte como trato a mi mocoso – Elián batiendo las alas, se elevó más en un intento desesperado por aire, todo su dominio se había tornado en un infierno con llamas quemando todo a diestra y siniestra y sin contar lo toxico que era la energía maldita de Sukuna, con solo respirar sentía que sus pulmones picaban y sus entrañas se revolvían incomodas con ganas de vomitar gracias al veneno que desprendía Sukuna
Intento salir del lugar hasta que en un punto una energía a su espalda lo erizo, no tuvo tiempo de voltearse ni protegerse cuando un golpe en la espalda le saco un quejido tirándolo al suelo, el impacto fue tal que causo un gran estruendo creando un cráter
- ¿Qué paso dios? Se te acabo la divinidad. Que patético, mi mocoso me entretiene más cuando peleamos – alardeo Sukuna sin darle tiempo de recuperación a la maldición invasora. Sukuna lo pateo con fuerza haciendo que se golpeara con la cascada que a este punto a causa del rey maldito el agua estaba hirviendo al estar evaporándose – Tan arrogante e insignificante
Elián se cubrió el rostro ante otra patada, no podía verlo, era demasiado rápido y los golpes que daba eran brutales al punto de escuchar sus propios huesos crujir ante cada golpe. Gimió con fuerza ante un golpe en el estómago que le saco el aire, su paladar se llenó de sangre indicándole el daño interno, no tenía brecha, se especializaba en ataques de larga distancia y no corta y Sukuna era un peleador cuerpo a cuerpo capaz de dominarlo incluso a larga distancia

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Tu Dueño "Sukuita"
FanfictionLas flores es un lenguaje que Yuji no entendía, no entiende la naturaleza delicada de las flores y la delicadeza del ambiente tranquilo de los Dioses del bosque. Yuji solo conocía la crueldad de la muerte y el Dios de esta. No por nada era el recipi...