Capítulo 9.

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Su sola presencia indico muerte, a pesar de que había estado escondido en los confines de la mente de Yuji le dio tiempo suficiente para estudiar a su oponente restaurando su energía consumida que el invasor se atrevió a robarle. Sukuna dio una sonrisa entrelazando sus dedos con sus mechones peinándolos en su característica actitud rebelde. Elián entrecerró los ojos ante la actitud arrogante y altiva de la maldición, horrorizándose por un momento por el parentesco que tenía con él niño. Sabía que maldiciones como Sukuna tomaban rasgos prestados de sus recipiente pero eran pocas ya sea color de cabello o algunos rasgos físicos que los hacían distinguirse del recipiente, pero contrario a la creencia Sukuna era la viva imagen de Yuji en una versión más adulta e intimidante. Algo le decía que estos dos estaban más relacionados de lo que creía

Ahora le parecía repugnante ver el lindo rostro de su recipiente impresa en la maldición contraria, aquellas facciones dulces en el adolescente en Sukuna paralizaban de miedo, desbordaban locura y sadismo, enojo a partes iguales, advirtiendo que toco algo que no debía, tan iguales que si Yuji estuviera parado a la par del rey maldito diría que son alguna especie de gemelos quitando los tatuajes del rey maldito claro esta y que Yuji no tenía un físico tan marcado como Sukuna

- Carezco de paciencia, te doy solo tres segundos para soltar a mi mocoso. De los tres ya pasaron dos – advirtió, los dientes de Sukuna chirriaron delatando lo enojado que estaba a pesar de que no lo demostrara. Las manos del rey maldito crujieron ante la presión que Sukuna ejercía para tronarse cada hueso de la mano y liberar la tensión de energía que lo atormentaba y se arremolinaba en el

Elián solo alcanzo a reírse intentando burlarse de la maldición pero en un abrir y cerrar de ojos una ráfaga caliente de aire partió su mejilla dejándolo quieto por la sangre que escurrió de inmediato de su ser. Un estruendo que lo sobresalto sonó a su espalda y con una advertencia de peligro se giró viendo la cascada partida a la mitad

- Tres – por un momento el plumaje de sus alas se alteró terriblemente, sus sentidos se agudizaron y ante otra estela de peligro que le gritaba que huyera batió sus alas a tiempo para que otra ráfaga de lo que sea que lanzaba Sukuna no lo alcanzara, los ataques iban a su cabeza pero a pesar de que tenían la intención de asesinar siempre se desviaban. Entrecerró los ojos y ante su análisis rápido encontró la causa de los ataques desviados. Yuji estaba en medio, Sukuna estaba tratando de no darle a su recipiente. Irónico si recapitulaba las memorias del adolescente en donde Sukuna parece no importarle en nada su recipiente y solo lo usa a sus fines y antojo

Al estar en el aire otro corte le rozo el ala derecha desequilibrándolo un poco obligándolo sucesivamente a volar más alto y fuera de la vista de Sukuna momentáneamente. Sukuna dio una risa que resonó por todo el lugar erizando la piel de Elián, estaba preparado para tener que enfrentar a la maldición claramente enfurecida pero para su suerte Yuji hizo un sonido que distrajo a Sukuna, sonido que si corría con suficiente fortuna le daría el tiempo de prepararse para la batalla que nunca pensó tener por subestimar a Sukuna

El rey maldito tentado a ir tras la paloma como lo había apodado, se detuvo ante un quejido doloroso de Yuji, regreso la atención a su recipiente que se retorcía de un dolor que él no sabía a qué se debía. Sukuna estaba dispuesto a dejar que su recipiente se las arregla solo, Yuji era capaz de velar por sí mismo, mientras que él arregla la otra mitad del problema pero... la mirada color miel que se posó en él lo paralizo, estaba brillosa y sus mejillas sonrojadas solo daban un encanto que Sukuna jamás admitiría que Yuji tenía. Maldición, ¿Cuándo se había puesto tan lindo?

El razonamiento de Sukuna dudo, cuando trato de alguna manera seguir con lo planeado un chillido de Yuji resonó, un llamado exclusivo solo para él, incapaz de dejar a su patético recipiente agonizando se acercó a la plataforma donde reposaba el cuerpo doliente de Yuji

Tu Dueño "Sukuita"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora