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Yuji se mordió un poco el labio con una risa satisfecha al ver la mirada de orgullo de Sukuna por haberlo llamado "Mi Rey" ambos pares de rubíes se posaron en sus propios ojos, tan brillantes, llenos de anhelo y deseo incontrolable. Sabía perfectamente que había jugado bien, eso implico lanzar la poca dignidad que tiene pero ahora no estaba para eso. Se reacomodo un poco más volviendo al movimiento torturante de caderas. Podía sentir como el miembro de Sukuna palpitaba con cada fricción
- Creo que me he ganado el derecho de una pose más cómoda – susurro estirándose lo más que podía sin dejar sus movimientos hasta besar a Sukuna que simplemente suspiro ante la estimulación
- ¿Sí? – el más joven de ambos solo hizo un puchero ante la posible negativa entre el beso que Sukuna se negó a dejar. Divertido ante la reacción de su mocoso Sukuna deslizo sus manos de forma tortuosa hasta la cintura de Yuji para apretarlas e incitándolo a que siguiera moviéndose - ¿Por qué? si en esta posición puedo cogerte bien
- No me gusta esta posición, quiero verte – el puchero de Yuji fue interrumpido por un mordisco en el labio, uno que lo hizo chillar y maldecir en voz baja a Sukuna por la acción
- Eres demasiado exigente – a pesar de las protestas de Sukuna, se levantó dejando que Yuji se acomodara suavemente de lado, lo ayudo a posicionarse nuevamente, aunque no fue necesario viendo a Yuji tan dispuesto a él. Se deleitó de la vista, el cuerpo bien detallado, la piel bronceada perlada por el sudor, marcas sangrantes que lo hacían más atractivo y no menos importante en la forma en que abrió las piernas y lo encerró en medio de ellas nuevamente dándole la bienvenida - Estas muy mimado
- Admite que me lo gane – Sukuna negó con una bufido resignado viendo como su mocoso estiraba lo brazos llamándolo, se inclinó acatando el llamado siendo recibido por una risita seguido de un beso repleto de cariño, los brazos de su mocoso se enredaron en su cuello suavemente serpenteando por su cabello
- Demasiado calor – murmuro sin abrir los ojos perfilando con paciencia el pecho de su mocoso hasta los pezones y pellizcarlos sacándole gemidos a Yuji por cada acción. Siguió su recorrido tratando de memorizar cada tramo hasta llegar al vientre de su mocoso que solo se encogió por la caricia sobre el tatuaje
- Ahhh... Ryo... - El escalofrío que el cuerpo de Sukuna sufrió fue bastante raro, fue tan dulce y deseoso que se coló por cada fibra de su ser, sentía su cabeza trabajar más rápido de lo normal y su cuerpo no lograba acoplarse a todas las cosas que quería. Se encogió un poco abrazando a Yuji deslizando sus manos por el vientre liso de su recipiente para obligarlo a levantar nuevamente el trasero y ponerle un cojín para que elevara y no fuera tan incomodo cuando lo penetrara
Si se enteraran que como rey de las maldiciones, el ser más temido de todo los tiempos está siendo considerado con su recipiente en quitarle la virginidad su reputación se vendría abajo. Se separo del beso para admirar nuevamente a su mocoso que estaba rojo tanto del calor como la vergüenza, sus manos estaban obedientemente a cada lado de su cabeza y sus piernas temblaban alrededor de su cadera como si temieran que se fuera. Algo idiota considerando las ganas que tenia de cogérselo, ese deseo ya rebasaba los parámetros normales de su mente
Llevo ambas manos acariciando de forma furtiva el tatuaje, arañando el borde de la gran mancha mientras se deleitaba con los gemidos de su mocoso que el tacto le provocaba. Quitando el feo tatuaje, no explicaba la atracción de ver el cuerpo de Yuji le causaba, era hermoso de ver. No se imaginaba cuando estuviera abultado
Sacudió la cabeza dándose cuenta de la idea tan rara que se le vino a la mente, aunque admite que le gusta. Sonriendo ante su propio pensamiento se agacho y beso el ombligo de Yuji causando un chillido de sorpresa de su recipiente. La idea se fue convirtiendo en un deseo ferviente que seguía creciendo sin importar que
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Tu Dueño "Sukuita"
FanficLas flores es un lenguaje que Yuji no entendía, no entiende la naturaleza delicada de las flores y la delicadeza del ambiente tranquilo de los Dioses del bosque. Yuji solo conocía la crueldad de la muerte y el Dios de esta. No por nada era el recipi...