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- Al fin, puedo verte cara a cara Yuji – el adolescente frunció suavemente el ceño apretando muy bien los dientes para no dejar salir más de algún sonido de dolor que complaciera a la maldición que lo observaba con una sonrisa juguetona – Eres más radiante de frente que en las visiones
Con la respiración hecha un desastre Yuji empuño la mano libre en su pecho ignorando lo débil que se sentía cada que la maldición hablaba era como si su cuerpo no tuviera elección y solo debía de obedecerlo cuando hablaba. Suprimió la sensación de pesadez de su cuerpo que la voz le causaba pero a consecuencia le costaba respirar y cada que lo hacia sus pulmones le ardían como si estuviera inhalando humo en cantidades masivas. Intento buscar aire fresco pero por más que lo intentaba no lograba nada, se estaba ahogando en energía maldita que no piensa aceptar.
El cuerpo de Yuji tembló sin fuerzas, aunque quisiera mantenerse valiente admite que no podrá por mucho tiempo, por más que intento mantenerle la mirada en alto ya no pudo. Cansado de la exposición nociva de tanta energía el adolescente bajo la mirada pero jamás se postro en clemencia, aunque su cuerpo se lo exigiera no lo permitió, no estaba dispuesto a humillarse de esa manera.
Con la mano blanca por la fuerza que implementada en no dejar que la sangre circulara bien el hechicero jadeo y golpeo el suelo frustrado intentando de todo por respirar o intentar que su cuerpo expulsara la energía mientras escuchaba la risilla divertida de la maldición disfrutar de su sufrimiento. No la iba a aceptar aunque eso le costara una gran parte de sus energías y salud no le importaba. Aparentando una fuerza que ya no tenía, Yuji no le daría el placer a esta cosa de que tomara su cuerpo sometiéndolo a esa cantidad de energía maldita. Aun si estaba desmoronándose levanto un poco la mirada con una sonrisa, intento reírse pero solo logro que de sus labios saliera simplemente un gemido doloroso, pero de que no se dejaría humillar no se dejaría
Ante su audacia la maldición ladeo la cabeza curioso, admirando al humano que a pesar de ser un desastre osaba desafiarlo. Se froto un poco la nuca maravillado por el espíritu de lucha, de lo fiel que era a no permitirle espacio en su cuerpo. Era una completa maravilla, si tan solo no le fuera tan leal al dueño de su ingenuo corazón, fuera perfecto en todos los sentidos, pero no se quejaba. Ya vería como hacer que lo olvidara de nuevo
Se inclino un poco viendo más de cerca como Yuji temblaba pero no le quitaba la mirada, era como un gato asustado que a pesar del peligro decide defenderse con todo a pesar de lo débil que esta. Presiono un poco más de su energía en Yuji, pero el hechicero siguió peleando para no aceptarla. Fuerte, eso es lo que buscaba y lo encontró. Cualquiera ya estaría muerto desde el momento que entro a su cuerpo tomando en cuenta a la otra maldición
- Vaya, sí que eres resistente – Alago de forma juguetona, valió la pena ver cuanto aguantaba corriendo el riesgo de desaparecer si el adolescente moría en el proceso. La voz sobresalto terriblemente a Yuji, apenas y podía soportar la energía de esta maldición por lo que temía no tener las fuerzas para pelear. Aun si su arrogancia revoloteaba desafiando a la maldición no podía descartar el hecho que era una carga para sí mismo ahora, apenas y puede mantener la mirada en alto no se imaginaba haciendo un espectáculo ridículo al tratar de pelear. Aunque si era sincero no quería pelear, solo lo masacrarían, no tenía ni la fuerza ni energía para hacerlo por lo que solo sería un ratón huyendo de un gato en un lugar cerrado y sin escondites. Mierda. Yuji maldijo internamente estar temblando, era de forma inconsciente, era como el miedo que le tenía a Mahito o a Sukuna en sus inicios, incluso pensaba que su miedo era mucho más grande por estar demasiado vulnerable – Y necio – agregó de ultimo la maldición viendo a Yuji ahogarse lentamente ante la necedad de no aceptarlo
Un tarareo burlón salió de la maldición admirando un poquito más a su recipiente, era digno, le daría mejor uso que la maldición anterior. Sea quien sea que creo al niño se lo agradecería, sin él su linaje desaparecería, la suerte de encontrarlo debía de agradecerla, era un regalo de dioses completamente. De forma tranquila se atrevió a acercarse provocando que Yuji intentara alejarse en vano
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Tu Dueño "Sukuita"
Fiksi PenggemarLas flores es un lenguaje que Yuji no entendía, no entiende la naturaleza delicada de las flores y la delicadeza del ambiente tranquilo de los Dioses del bosque. Yuji solo conocía la crueldad de la muerte y el Dios de esta. No por nada era el recipi...