13|| Happiness comes to me.

4.2K 209 76
                                    








Leigh







Bajaba las escaleras con cuidado, apesar que había dormido se sentía como si en verdad no lo hubiera hecho.

Me detuve en seco cuando entre a la cocina, estaban los cuatro, sentándos como si nada desayunado tan solo entre y su mirada que estaba dirigida hacia su desayuno ahora estaba completamente dirigida hacia mi, no podía ser peor.

— Disculpen.— Fue lo único que se me ocurrió decir, era incómodo de estar con ellos después de lo de anoche, no había llegado ninguno.— Me voy.— A darme la vuelta, la voz de Tom me detuvo, como era de esperarse.—

— ¿A dónde vas, no vendrás a desayunar con nosotros?— Dijo, su voz gruesa un poco molesto.—

— No, solo venía por un poco de jugo de naranja, pero ahora que estan ustedes aquí, se me han ido las ganas, no se preocupen sigan desayunando.— Me sentia aliviada, pero con ganas de decirle otras cosas.—

— Ven, desayuna has de tener hambre, por favor sientate.— Dijo, Bill tranquilo.—

— No.— Dije, segura.— No tengo hambre, ayer comi demasiado bien.— Una sonrisa en mis labios fueron formadas, me había encantado ayer estar con Nicolás, nunca me había sentido tan contenta.—

— ¿Que comiste?, tu comida que preparas está toda en el refrigerador. Te quedaste esperandonos, así que supongo que no has comido nada, Leigh.— Dijo, Tom tan confiando como siempre.—

— Hamburguesa, con muchas papitas y probablemente un litro de helado.— Dije, sin dudarlo y rápido con una sonrisa en mi rostro.— Estaba delicioso. Que más me quedaba, si recuerden que ustedes nunca llegaron y estuve esperando por horas, me senti muy mal, pero no se preocupen comi demasiado bien y ni siquiera un, feliz navidad.— No sentía ganas de llorar, solo era decepción, pero eso no iba a quitarme la felicidad que tenia en ese momento, tenia demasiado tiempo que no me sentia de esa manera.—

— Discúlpanos, no fue nuestra intención.— Dijo, Bill sin pensarlo y parándose de la silla para dirigirse a mi.— Te juro que en año nuevo estaremos contigo, por trabajo no venimos a casa.— Mentiroso, mentiroso.—

— Bill, a veces se olvidan de que son famosos ¿verdad?, no seas ridículo y estúpido. Ayer en la noche en un antro los cuatro super sonrientes tomando y disfrutando.— Empezaba a sentirme nerviosa, mis puños apretándolos con fuerza. Sentía mucha impotencia.— Mientras su estúpida hermanita se quedaba esperando a que llegasen, preparé tanta comida para ustedes, compré regalos para cada uno de ustedes.— Me volteaba con frustración.— Pense en ustedes para que pasaran un dia agradable conmigo y que fue lo que hicieron, simplemente no pensaron en mi. Me esforcé para nada, mientras que los cuatro la pasaban de maravilla.— Los señale a cada uno.— Yo estaba como una completa estúpida con la esperanza a que llegasen. Ahora no vengan a prometer nada.—

— Discúlpanos.— Dijeron los tres chicos de inmediato al escuchar todo lo que dije, de Tom ni una palabra, no se vio conmovido en nada de lo que dije, al contrario soltó una pequeña risa y tocaba su nariz en forma de enojo.—

— No me interesa sus disculpas, gracias por nada.— Dije, justo iba a darme la vuelta.—

— ¿A dónde crees que vas?— Su voz amenazante.— Contesta carajo.— Su grito y de la manera en la que se levantó muy bruscamente dejando un golpe en la mesa y tirando la silla.— ¿Que?, ahora no eres capaz de contestarme.— Se acercaba a mi con una furia notable.—

— Puedes déjarme en paz.— Me voz agitada, y con nerviosismo. Me agarraba la muñeca ejerciendo fuerza, como si fuera de su propiedad, ya no había puesto una mano encima, pero sus actitudes tenían mucho que decir.— Tom, sueltame por favor.— Ninguno de los tres que estaban desayunando pacíficamente hizo algo para detenerlo, por lo menos una ayuda.—

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 05, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

 𝐔𝐍𝐒𝐄𝐑𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍; 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora