— Mierda Tom Kautliz te juro que te mataré, unque seas mi puto hermano.— Repetía en mi cabeza poniendo una almohada en mi tratando de consiliar el sueño nuevamente.Que no podía dormir por Tom y sus...—
— Leigh, Leigh.— Mi lindo hermano Bill gritando mi nombre para que lo escuchará.—
— Ujm...mande que paso.— Dije un poco adormilada mientras veia mi plato de cereal.—
— Come tu desayuno por favor.— Hizo una pequeña pausa.— No dormiste tienes cara de muerta y no te vez nada agradable.— Dió una pequeña carcajada.—
— Dile a tu puto gemelo.— Bufue.— Ayer nuevamente en la noche metió a unas de sus tantas putas, bill, se escuchaban sus asquerosos gemidos, no me dejó dormir.— Dije tan alterada y enojada. A lo que Bill soltó una carcajada.— Creeme Bill no es gracioso escuchar los sonidos vulgares y obsenos, pero claro como tú no estás a lado de la habitación de el, no te preocupa.—
— Ya Leigh perdón, hablaré con el. Solo desayuno hoy irá Tom a dejarte así que no tardará mucho.— Dijo dándome una sonrisa reconfortante.—
— Eso siempre lo has dicho que hablaras con el y parece que lo hace agrede.— Una voz femenina
Se unió repentinamente a la conversación.—Era otra tipica rubia con senos grandes y un bueno trasero, sus ojos color verdes. Típicas rubias taradas que mueren por Tom, aunque sea una noche. Tom venía a lado de ella con una sonrisa en su rostro.
— Disculpen, hasta luego.— Fue la único que dijo y salió de la casa. Mientras que Bill y yo observamos todo.—
— Me das asco Tom.— Dije mientras desayunaba un poco de fruta.-
— Otra vez quejandote, Leigh por favor déjame por lo menos disfrutar el desayuno.— Se sentó enfrente mío del comedor mientas agarraba un poco de fruta para luego llevase a su boca.—
— Tanto dinero, tantas giras, tienes suficiente dinero para ir a pagarte un maldito motel pero claro, vienes acá a cogerte a las que de te plascan. Te un poco de consideración por nosotros. Maldito inconsciente.— Dije furiosa.—
— Leigh deja de quejarte, carajo, eres un puto dolor de huevos.— El reía como si fuera algo divertido.— Además en que te afecta.— Se encogió de hombros.—
— Claro que me afecta tarado, escuchar los malditos gemidos de la chica...es... realmente asqueroso Tom. Ve y paga un maldito motel.— A veces me enojaba tanto la actitud de Tom, pero el pensar que se enreda con mucho más chicas, me sentía mal y no sabía que porque.— Esperó que lleguen mis padres para contarles las asquerosidades que haces Tom.—
— Leigh se lo haz dicho pero no te creen.— Dijo Bill viéndome con una expresión de lastima.— No discutas come tu desayuno que tienes que ir al tus clases.—
— Ya Leigh, cállate y come no seas tan molesta.— Bufueo Tom.—
— Entonces ya traeré a un chico y lo metere a mi habitación, a ver si te va a gustar Tom.— Dije soltando una risa junto con Bill.—
Un fuerte golpe se hizo presente en la mensa haciéndome saltar. Era Tom su mandíbula levemente tenzada y su puños cerrados.
— Deja de hablar estupideces Leigh, lárgate a su habitación no irás a la escuela.— Se levantó de su asiento y se paró a lado mío con una expresión de enfado. Lo cual me levanté y quedamos de frente.—
— Y tú quien coño eres para decirme que hacer, eres un idiota Obvio que no te gustará si me cogo a alguien en la casa pero si lo haces tú es normal.— Digo empujando un poco su pecho con mi mano.—
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𝐔𝐍𝐒𝐄𝐑𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍; 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛
RomantikPrólogo: Tom Kautliz, el famoso guitarrista alemana, egocéntrico, narcisista y atractivo, puede llegar a ser la persona más infeliz en tu vida, no todo es como las cámaras y programas de tv que dicen. Guarda un sucio y horrible secreto. Leigh kaulit...