BIG BAD WOLF

NUEVE

Sudor en su espalda, en su mejilla. JooHyun se quejó y se levantó, gritando, cubriendo su rostro, pero sólo sintió algo suave golpear contra su espalda, sólo se removió, sintiendo las gotas de sudor recorrer su nuca hasta pegarse en su espalda.

Iba a gritar, pero la voz calmada de SeulGi llamó su atención, haciéndola suspirar, saltando a abrazarla. La pelinegra sólo la detuvo con su mano, señalando un té y una cazuela con agua que tenía en la otra mano.
JooHyun se acostó, carraspeando.

—Este —habló al mismo tiempo que SeulGi, pero de todos modos la señaló para que siguiera la frase. En otras ocasiones, la menor le hubiera dicho de una forma insistente que ella siguiera, pero supuso que fue importante porque habló— lo de ayer, dormiste un día entero, tuve que ir a tu casa a recoger ropa y dejar una nota, pero, es peligroso que estés aquí en estas fechas.

—Nunca esperé que los lobos atacaran cuando había gente gritando —SeulGi suspiró, llevando un pequeño trapo a la nuca de su amada, y sonrió— ¿Qué pasó con ellos?

—Ellos se fueron, mi sobrino es una persona dura de tratar y no le gustan las visitas, Hyun, más en éstas fechas.

El periódico lo había dicho, días de luna llena hasta que esté en su punto, lo que hacía a la gente del pueblo no salir por la leyenda de los hombres lobo, y si salían, que salieran con cruz de plata. Tragó saliva, aceptando el pequeño trapo.

—No sabía que tenías hermanos...

—Uno 10 años mayor, hay muchas cosas de mi que no sabes —JooHyun vagó su vista, pero cuando vio cómo SeulGi se levantó su camisa, esos abdominales marcados ni llamaron su atención. Se acercó a ver el rasguño, frunciendo su ceño.

—Seul... te hizo daño el lobo, debes ir al hos—

—No —el ceño fruncido de la pelinegra, junto esas ojeras, y gruñó, no dejando a la otra tocar su herida, recelosa.
JooHyun se alejó, tragando saliva, pero después vio cómo suspiró, cansada— oye, tienes que irte, éstas fechas son peligrosas, ellos te harán daño si te ven aquí, cariño.

Había algo mal ahí. JooHyun frunció su ceño, sentándose en la cama, cruzando los brazos, y ahí salió ese modo sospecha.— ¿Hay algún motivo porque no quieres que esté aquí?

—Los lobos se alteran en luna llena, buscan con quién aparearse y a quién cazar para su pareja, Hyun, es peligroso que estés aquí, tú, tú te desmayaste por ver a un lobo, no puedes hacer mucho en estos casos, por favor vete.

Entonces que así sea. JooHyun se quitó la camisa de cuadros de SeulGi y la tiró al suelo, junto ese bóxer para ponerse su uniforme, negando. Caminó a paso rápido a la puerta, sintiendo un leve punzón de ira.
Volteó a ver a la pelinegra que la seguía.

—Me iré si es lo que quieres, porque estoy segura en este mes de seguro te acostaste con otras 30 mujeres, 30 por día, ¡hasta 60, por medio día!, por algo no quieres que esté aquí, SeulGi, acabas de decir que no sé muchas cosas de ti...

—¡Pero eso no es! Hyun, no he estado con nadie desde que te volví a encontrar y mucho menos desde que te ma—machuqué tu dedo con mi camioneta, ven, hay que hablar... —pero al ver cómo la mayor siguió su camino, suspiró— siempre te alteras de esta forma y nunca podemos hablar, porque huyes por tus propias palabras.

Apretó su mandíbula, pero dejó su bolsa en la sala, azotándola, viéndola a los ojos.

—Yo no huyo, SeulGi, sólo me alejo de situaciones que no me favorecen, ¡Como ahora!

— ¡Felicidades, acabas de descubrir el significado de huir, JooHyun! —veía cómo su mandíbula parecía atorarse, cómo gruñía, y llevó sus manos a su frente, acariciándola— y ya estamos gritando... nos alteramos, Hyun, ven, por favor, hay que hablar...

—¿Qué no me quieres contar? ¿A qué estás tan reacia?

No sabía leer bien a las personas, pero si bien a su único amor. JooHyun se acercó y acarició su mejilla al ver el miedo en los ojos de la otra.
En esos hermosos ojos que tenía unas ojeras rojas con morado, esos labios resecos con algún rastro de sangre, por ser mordidos, y esas cejas elevadas. La escuchó suspirar.

—No quiero... que te alejes de mí, porque sé que lo hará —esa mano que la acarició la tomó, y vio sus ojos— si te cuento, ¿Me juras que no te alejaras de mí? —JooHyun se acercó a besar sus labios sólo por cinco segundos, dándole apoyo. Una respuesta.

SeulGi inhaló, exhaló pesado, acercándose a su oído para susurrar, dejando salir en ese suspiro lleno de sentimiento, secreto, hacia JooHyun, que tembló. Tembló de sorpresa, un temblor que recorrió toda su espina dorsal hasta explotar y hacerle sentir escalofríos, pero también, la hizo temblar de miedo.

En un secreto confesado de una forma suave, casi pecadora. Gruñó, dejándolo salir,

—Soy una mujer lobo.

JooHyun sólo rió nerviosa, abrazando a SeulGi, negando— es broma, ¿No? siempre bromeas con eso...

—¿Quieres ver? —cómo su cuerpo fue jalado al exterior sin decir una respuesta, pero se quedó sin aire al ver a su pelinegra quitarse la camisa y el pantalón de mezclilla. Se sonrojó al ver su desnudez.

—Si querías encontrar una excusa a desnudarte—

—Ponme atención, Hyun —la mayor lo hizo, viéndola a esos ojos, casi amarillos. JooHyun iba a hablar hasta que escuchó un gruñido y cómo la menor se quejaba, queriendo acercase, pero esa voz la detuvo. Un gruñido, más alto, que la hizo retroceder hasta taparse los ojos.

No escuchó nada más que jadeos, como si de un animal se tratara.

En cuanto los abrió, ahí estaba. Una bestia con ojos amarillos, pelaje gris que se fusionaba con blanco.
No tembló, porque vio cómo la nombrada bestia comenzaba a rodearla, sentarse frente a ella.
De todos modos la seguía viendo a los ojos. JooHyun, más por instinto, se acercó a acariciar el pelaje de la grande figura, haciendo que se acueste ante ella.

Tragó saliva, todavía acariciando, pero se acostó, quejándose, entre el cálido y suave cuerpo. Cosa que entendió SeulGi, porque la rodeó más, como abrazándola. La escuchó reír sarcástica.

—Oh, SeulGi, te enamoraste de la hija del sheriff que su pasatiempo favorito es cazar bestias —un quejido, casi lloriqueo, que la hizo reír, pero volvió a acariciarla— tú no, amor, tú no.

Suprimió una sonrisa al ver una oreja moverse con alegría, junto a esa cola, pero JooHyun sólo tragó saliva, viendo esa mano que acariciaba el suave pelaje del lobo, temblar.