CICATRICES EN SILENCIO (2)

At last

Damián, él...

- NO ME TOQUES!!!-.... grité arrastrandome con la vista borrosa y aquel pinchazo en mi cabeza.

- Tranquila, nada te va a pasar -...dijo extendiendo su mano a mi cara.

Negué mi cara intentando esquivar su mano. Mi cuerpo temblaba y mis lágrimas no paraban de salir.

El acarició mi rostro limpiando mis lágrimas y observandome con maldad.

Me seguí arrastrando pero me lastimaba las manos.

El me tomó con fuerza del cabello y con su mano me tapó la boca, no podía parar de llorar y mi cuerpo temblaba.

Me arrastró con el, intenté moverme desesperadamente intentando arañarlo o soltarme de él. Pero él era más fuerte que yo.

Gritando y ejerciendo la poca fuerza que tenía, mis lágrimas se derramaban a mares mientras mi cuerpo comenzaba a quedarse sin fuerzas.

Damián me arrastraba sin importarle las rocas o cualquier cosa que pudiera golpearme, le supliqué llorando que me soltara pero el simplemente me ignoraba.

Hasta llegar a un auto, el me dió una bofetada haciéndome marear más de lo que ya estaba. Me golpeé un poco la cabeza con el suelo mientras sentía como la sangre goteaba de mi nariz.

El me tomó con fuerza y cargó mi cuerpo como si fuera un saco de papas, me aventó dentro del auto mientras sonreía con burla.

Intenté levantarme y dar guerra, pero mi fuerza era inútil y el me había atado los pies, mi teléfono en el bolsillo sonaba, era Nora. Pero mi fuerza no era la suficiente ni para mover mis manos.

Damián comenzó a reír y en aquel momento detuvo el auto, todo era oscuro y frío. El estiró la mano hasta mis pantalones y toqueteando un poco sacó mi teléfono. Intenté pegarle con mis manos pero eso hizo que me proporcionara otra bofetada haciendo entumecer mi rostro, podía sentir el sabor de la asquerosa sangre, aquella que no habia probado en mucho tiempo.

Cerré mis ojos fuertemente intentando sacar todas mis lágrimas y intentando despertar de este sueño.

Pero no era un sueño, esto era el cruel infierno en el que me hundiría de nuevo, renaciendo mis cicatrices y haciéndolas sangran.

El aire golpeaba tan fuerte mientras sentía las pequeñas gotas de sangre que aún salían por mi nariz. Mi vista era borrosa y empañada, y mi respiración agitada.

Estaba igual de asustada, pero esta vez era peor, mi miedo a verlo a el y no poder hablar. Eso me agobiaba y aterraba tanto.

Permanecí callada y llorando, cansada e intentando escapar, pero me era imposible. Después de un largo recorrido el auto se detuvo de golpe, Damián salió rápidamente dirigiendose hacia mí abriendo la puerta de golpe me tomó de los pies con fuerza y me arrastró hacia fuera haciendome caer al suelo mientras me golpeaba la cabeza y el cuerpo al caer de aquella altura. Me retorcí del dolor, todo dolía y mi boca aún  percibía el sabor de la sangre.

El me arrastró por el suelo, ya no me importaba, mi cuerpo estaba tan entumecido y mi vista tan borrosa que ya no estaba consiente de nada, no sabía a dónde me arrastraba ni que estaba sucediendo. Solo veía aquellas luces parpadeantes y viejas a mi alrededor, las paredes grises y llenas de mojo.

Me azotó contra el piso y se acercó a mí con una cuerda en sus manos, tomó mis manos y comenzó a amarrar fuertemente, haciendo que sintiera un pequeño hormigueo que me hizo estremecerme y sobre saltar un poco reaccionando de la ensoñación en la que estaba.

Damián solo reía observandome, me derrumbé en el suelo mirando a mi alrededor.

Otra vez estaba acabada, hundida y esclavizada a él... a B-ill...