Capítulo 6. La emperatriz

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Ella se quedó quieta durante un momento se encontraba en el borde de un gran acantilado, la luna se encontraba en todo su esplendor, en lo alto del cielo oscuro rodeado de nubes. Las olas del mar ondaban con furia y las nubes ocultaron la luna para dar paso a la lluvia con potentes relámpagos que iluminaban la inmensidad.

Su interior parecía contrariado, y sus acompañantes no entendían el por qué  de su distanciamiento. Con un gesto de su mano derecha les indico que la dejaran sola.

La gran dragona desplegó sus alas y se sumergió entre las nubes eléctricas, mientras que el nuevo ser de Dracule, explorando sus nuevos poderes se transportó con rapidez lejos de allí.

Había mucho que asimilar, incluso para una deidad. Una deidad que estuvo dormida por décadas.

Dejo que las gotas de agua mojaran  su rostro, mientras ella disfrutaba de tal sensación. La sensación de estar viva pero, sobretodo, la sensación de ser libre.

Libre al fin...

Sin embargo, noto que a pesar de haber logrado aquello que tanto había deseado desde hace miles de años, en su interior sentía algo que no había experimentado antes.

Se sentía... vacía...

Algo le faltaba, o alguien.

Se sintió sola.

Había deseado tanto ese momento, pero no así. Se amargó.

Y a su memoria regresaron las últimas palabras que le había dicho Luffy.

"Mientras tanto, Han, hasta el momento en que nos reencontramos... vive, y descubre este mundo, es tuyo, para ti. Para ambos. Eres la libertad que siempre he añorado."

Sus piernas desfallecieron y el suelo la sostuvo, la lluvia intentaba ocultar las lágrimas que empezaron a caer de sus ojos. 

Su Luffy, ya no estaba, solo quedaban sus recuerdos, algunos de estos amargos y dolorosos y otros, muchos más, hermosos.

Se permitió llorar su ausencia de este mundo que era de ellos, un mundo que él había conseguido mantener en ausencia de ella. A pesar de que era deber de ambos.

—Ahora lo entiendo, cariño. Todo lo que sufriste, todo lo que has hecho por mí. Yo me ocuparé del resto, prepararé el camino para tu regreso. Te esperaré, te buscaré  y te amaré aunque esté todo el mundo en contra nuestra. Iremos juntos hacia un nuevo mundo—bajó su vista, aflijida—Pero en este mundo oscuro, absurdo sin ti, siento que ya no tiene salvación. Por eso, no tardes.

Ella se levantó, seco sus lágrimas. La lluvia cesó, pero la luz no volvió. Mirando desde lo alto, podía sentir el gran caos y desesperación de todos los moradores de la tierra.

—Ya es hora de que alguien ponga un poco de orden aquí.

******************

Han regresó a la pequeña aldea donde había sido recibida cuando recién llegó a la tierra. No podía olvidarse de todas aquellas mujeres que habían sido cruelmente secuestradas y algunas asesinadas, entre ellas sus "hermanas".

Para su sorpresa aún estaban con vida, pero en grave estado de salud. Los hombres que las habían asaltado todavía seguían inconscientes, aunque Han sabia que despertarían nuevamente.

Con el deseo de salvarles la vida les hizo beber un poco de su sangre. Con esto bastó para que sus heridas sanaran.

—Estarán bien, es lo menos que puedo hacer por ustedes—les dijo a ambas, aunque ellas seguian insconscuentes, seguro les tomaria un tiempo en despertar. Había tantas cosas por hacer, pero primero, lo primero.—Encargate de los responsables de esto, la escoria no debe seguir liderando esta tierra, luego regresa, tendrás que llevarme con quien fue tu lider—ordenó Han, sintiendo la presencia de su adalid.

Mil Años Sin Ti | LuHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora