capítulo 20: El portal hacia el pasado.

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Los días transcurrieron en una bruma de confusión para Ryu. No importaba cuánto intentara seguir con su rutina normal, las visiones y la misteriosa marca del dragón lo perseguían implacablemente.

Una noche, después de otra serie de sueños crípticos plagados de imágenes imposibles, Ryu se encontró frente a su computadora, investigando frenéticamente cualquier pista sobre lo que estas visiones pudieran significar.

"Tiene que haber una explicación lógica para esto," murmuró, frotándose los ojos cansados.

De repente, uno de los resultados de búsqueda llamó su atención: "Reino de Bastión - Antigua Leyenda". Ryu hizo clic en el enlace, y sus ojos se abrieron con asombro al leer la información que apareció.

"No puede ser... ¿Un mundo paralelo? ¿Magia y hechiceros?" murmuró incrédulo.

Según la leyenda, el Reino de Bastión era un reino mágico que existía en una dimensión separada de la Tierra. Un lugar donde los hechiceros y las criaturas mitológicas caminaban libremente. La descripción coincidía con los extraños paisajes que había visto en sus visiones más vívidas.

Ryu leyó ansiosamente, aprendiendo sobre un antiguo ritual que supuestamente podría abrir un portal hacia el Reino de Bastión. Involucró la preparación de un círculo de runas místicas y la recitación de un antiguo cántico en un idioma olvidado.

"Esto es una locura," se dijo a sí mismo. "Pero... ¿y si es la única manera de obtener respuestas?"

Decidido, Ryu reunió los componentes necesarios y se preparó para realizar el ritual esa misma noche en el parque cercano, lejos de miradas indiscretas. La luna llena brillaba en lo alto cuando trazó cuidadosamente las runas en la tierra y encendió velas rituales alrededor del círculo.

Con un profundo respiro, comenzó a recitar el cántico antiguo, su voz resonando con un poder que no sabía que poseía. Las runas comenzaron a brillar con una luz sobrenatural, y un viento invisible azotó a su alrededor. 

De repente, en el centro del círculo, el aire se agitó y se abrió un vórtice giratorio de energía cegadora. Ryu contuvo el aliento, sin poder creer lo que veían sus ojos.

"Por todos los..." jadeó.

Un rugido atronador atravesó el vórtice, como si una fuerza de otro mundo estuviera tirando de él hacia su interior. Ryu vaciló sólo un instante antes de apretar los dientes con determinación.

"Es ahora o nunca."

Dando un salto, se arrojó directamente al vórtice. Una fuerza arrolladora lo absorbió, arrancándolo de su mundo en un torbellino de luz y caos hasta que todo se volvió blanco a su alrededor.

Cuando abrió los ojos nuevamente, se encontró tendido en un vasto campo de hierba verde. Montañas imponentes se alzaban en la distancia bajo un cielo de un tono azul vibrante que nunca había visto antes. Una brisa fresca acarició su rostro, trayendo consigo los aromas de flores silvestres y pinos.

"Por las Antiguas Deidades..." una voz femenina resonó detrás de él. "¡No puedo creerlo!"

Ryu se incorporó de un salto para encontrarse cara a cara con una mujer esbelta de largos cabellos castaños. Vestía una armadura de cuero rojo y portaba un arco enjoyado en su mano, apuntándolo directamente al pecho. Sus ojos ambarinos lo estudiaban con una mezcla de asombro y cautela.

"¿Quién eres tú?" exigió saber. "¿Cómo has llegado a estas tierras?"

Ryu levantó las manos en señal de rendición, sin apartar la mirada de esos ojos hipnóticos.

"Me llamo Ryu," respondió con voz tranquila. "Y acabo de cruzar un portal dimensional desde otro mundo en busca de respuestas."

La mujer parpadeó, sorprendida, y lentamente bajó su arco. Una mirada de reconocimiento cruzó su rostro cuando se acercó con cautela.

"No es posible... Ryu, ¿en verdad eres tú?"

Él frunció el ceño ante su reacción. "Yo... ¿Te conozco?"

"¿No me recuerdas?" Susurró ella, con los ojos repentinamente brillantes de lágrimas contenidas. "Soy yo... Yue."

En ese momento, un destello de memoria explotó en la mente de Ryu. Visiones fugaces de una mujer de cabellos castaños luchando a su lado, sus miradas encontrándose en un campo de batalla con un vínculo inquebrantable...

"Yue..." repitió en un aliento, sin comprender por completo, pero reconociendo ese nombre hasta lo más profundo de su ser. Cuando sus ojos se encontraron una vez más, un antiguo hilo se enganchó, tirando de sus almas más cerca.

"Has vuelto," susurró Yue, dejando caer su arco y acercándose. Con manos temblorosas, toco su rostro, estudiando sus rasgos familiares con inmenso alivio. "Por fin, después de todos estos años... has vuelto a mí."

Fin del capítulo

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