36 9 0
                                    

En el pequeñísimo pueblo de la Acebeda, en el norte de Madrid, una joven recién convertida en adulta, estaba ocupada empacando su ropa y material de higiene, iba a pasar unos meses en Estados Unidos, estudiando una carrera de finanzas.

Se dirigió hacia el aeropuerto de Madrid, nerviosa, ya que iba a ser su primera vez en un avión.

En el camino, iba junto a su padre en el coche.

-Y recuerda, cielo, no le dirijas la palabra a ningún francés o a quien te diga que España está en México-

-Sí, papá- La castaña bajó del coche de su padre, y casi corriendo se dirigió hacía los controles de seguridad para poder irse rápido.

Justo su asiento daba en la ventana, por lo qué no despegaría la vista ni muerta.

La esperaban 8 horas de avión, pero despierta no aguantó más de cuatro horas.

Tuvieron que venir a despertarla una de las azafatas que estaba en el avión.

-Ya aterrizamos, que sueño más profundo-

-Si... Lo siento- Se limpió la baba y bajó su equipaje de mano.

Recogió su maleta, y tras pasar la revisión de seguridad, se subió al primer taxi que vió.

La llevaron a un hotel, el cuál casi fue gratis por los descuentos de estudiantes que la joven aprovechó.

A la semana de llegar, tuvo que empezar a asistir a clases.

Pasaron lista para revisar que todos estuvieran presentes.

-¿Lorena Cano?- Preguntó el docente.

-Aquí- Le contestó al profesor

Cuando terminó de pasar lista, avisó que vendría a darnos una charla un señor muy bueno en finanzas.

Era el magnate de los bienes raíces de Estados Unidos y fundador de una inmobiliaria. Todos se sorprendieron al escuchar la descripción, sabiendo quién venía sin siquiera dar un nombre.

Lorena, confusa, preguntó quién era ese señor tan increíble.

-Claro, tu vienes de España, es Joseph Joestar-

-¿Y ha hecho todo eso?- Parecía imposible.

-Sí, ¿A qué es increíble?- La compañera estaba sonrojada.

Lorena asintió asustada por el fanatismo de la compañera a la que le preguntó.

Durante todo el día estuvieron aprendiendo sobre bancas, inversiones... Y temas así, llegó la hora del descanso y todos los de la clase de Lorena hablaban sobre ese tal... Joestar.

En la cafetería de su universidad habían revistas sobre algunas materias, una de ellas era finanzas.

Casi todas las revistas estaban agotadas, pero la chica que se había sentado al lado había agarrado dos.

-Mira, éste es- Era un señor de unos sesenta años, ya tenía en pelo largo junto una barba del mismo color.

Vestía una camisa blanca junto a un colgante rojo brillante.
Llevaba unos oscuros, como un negro verdoso, junto a dos guantes blancos.

-Parece elegante- Comentó Lorena.

-Ah, es tan atractivo, una pena que esté casado- La chica jugaba con su dedo haciendo la circunferencia del vaso del café.

-Ya... Soy Lorena- La castaña estiró su brazo, proponiendo un agarre de manos formal.

-Yo soy Alice- Respondió al saludo.

Estuvieron hablando del porqué de la admiración hacia ese hombre.

A la mañana siguiente, todos estaban histéricos esperando la llegada del señor Joestar.

Cuando el profesor le dió la entrada, la clase estalló en silbidos y aplausos.

En uno de esos aplausos a Lorena se le cayó un bolígrafo.

De su cuerpo salió un ser azul, parecía humano, pero era de todo menos eso.

El único que se percató del espíritu fue el magnate de EEUU.
Se quedó pálido.

Después de la hora y media de clase, el señor Joestar pidió una conversación a solas con Lorena.

-He visto al ser que sale de tu cuerpo-

-¿Puede verlo? Pensé que era esquizofrenia, incluso estuve medicada durante unos meses-

-Verás, ¿Te importaría venir conmigo a investigarlo?-

Lorena asintió.

Tras meses de pruebas y entrenamientos, Joestar le ofreció trabajar en la fundación Speedwagon.

La mujer aceptó y comenzó a trabajar allí.

Años más tarde, Joseph tuvo que viajar por asuntos familiares.

-Lorena, ¿Te importaría venir con nosotros? Eres joven, tienes stand, te entenderás bien con mi nieto-

Lorena empacó sus cosas y se fue junto a Avdol y Joseph al aeropuerto.

Su estancia en Japón con la hija del señor Joestar no duró mucho, debido al grave estado de Holly.

Compañeros de Lorena de la fundación Speedwagon, fueron desde Dallas a socorrerla con la tecnología más avanzada del momento.

Al grupo del señor Joestar se unió un joven pelirrojo de 17 años, muy educado y agradable.

El viaje a Egipto no iba a ser tan fácil como llegar al avión y en 17 horas estar allí.

Dio no era imbécil, mandó a un secuaz a intentar asesinarlos.

Pero gracias a la astucia y habilidad de Kakyoin, consiguieron derrotarle.

Se encontraban en Hong Kong, donde el avión se había estrellado.
Joseph llamó a un amigo suyo para reservar una mesa en su restaurante.

Al poco tiempo de llegar, un señor se acercó a la mesa de Lorena. Y en cuanto se presentó, Lorena recordó las palabras de su padre.

"No te fies de los franceses"

Enseguida, Lorena saltó, lista para combatir, pero a pesar de sus argumentos, lograban contraatacarlos.

Justo cuando trajeron la comida, el francés agarró una zanahoria en forma de estrella y se la colocó en el cuello.

De un cuenco salió un stand.

-¡Veis! ¡Era un villano!-

/////

El título es la antigua moneda de España, la peseta, antes de que se pusiera el euro en 2002.

𝙈𝙪𝙮 𝙘𝙤𝙦𝙪𝙚𝙩𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙨𝙚𝙧 𝙛𝙧𝙖𝙣𝙘𝙚𝙨 || ℙ𝕠𝕝𝕟𝕒𝕣𝕖𝕗𝕗 𝕩 𝕆ℂDonde viven las historias. Descúbrelo ahora