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El grupo Joestar se encontraba fuera del restaurante, observando la pelea entre el francés y el egipcio.

La pelea estaba muy reñida, tanto, que todos creían que Avdol había quedado envuelto en sus propias llamas, hasta que la situación dio un giro y fue Polnareff el que quedó en llamas.

Avdol sabía que morir quemado era una muerte dolorosa, por lo que le ofreció una daga para acabar con su vida.
Pero decidió darle ese honor de morir por su poder.

Este acto tan honorable conmovió a Avdol, por lo qué apagó sus llamas, dejándolo con vida.

-Remátalo- Insistió Lorena.

-Lorena... Deja tus diferencias culturales, es un humano, al igual que tú- Regañó Avdol.

-No, el es francés- Se cruzó de brazos.

-¿Por qué ese odio?- Preguntó intrigado Kakyoin.

-Mi familia ha estado generación tras generación coaccionada por una mafia francesa- Lorena comenzó a caminar de vuelta al restaurante, siendo seguida por todos los hombres del grupo.

-Bueno... Por esa razón lo puedo llegar a entender, pero no todos son iguales- Kakyoin seguía argumentando.

Lorena rodó los ojos, evitando responder a la conversación.

Al terminar su banquete, tuvieron que volver a pedirlo, pero al terminarlo, avanzaron hasta el puerto donde un barco alquilado por la fundación Speedwagon les esperaba para llevarles hacia la costa del Cairo.

En aquel puerto, un hombre ya conocido, se mostró al grupo, pidiendo que le escucharan.

-¿Vamos a dejar que venga?- Preguntó Lorena.

-Si, tiene un buen stand- Joseph miró con una sonrisa burlona.

Polnareff se acercó a Lorena y le rodeó los hombros con su brazo derecho.

-Olvida mi nacionalidad y deja que una relación se abra entre nosotros- Polnareff, en solo un movimiento, fue inmovilizado en el suelo.

-No me vuelvas a tocar, baboso- Polnareff asintió

Se levantó del suelo y limpió la suciedad de su ropa, mientras observaba a Lorena caminando hacia el señor Joestar.

-Intentaba ser amable-

-Guarda tu amabilidad para la quien la quiera-

Después de que todo quedara algo tenso, unas chicas se acercaron al nieto de Joseph pidiéndole una fotografía con el mar en las espaldas.

Con la poca paciencia que este tenía, las gritó que se fueran, pero Polnareff se interpuso y se ofreció él cómo camarógrafo.

-Creo que su cabeza y la parte inferior de su cuerpo están muy separadas- Dijo Joseph tras el cambio tan drástico que dió su actitud.

-¿Qué os digo? Un baboso- Seguía criticando la española.

-Lorena, ¿No será que está celosa?- Insinuó Kakyoin

-¿Perdón? No me puede importar menos lo que haga en la privacidad de su alcoba- Se atacó Lorena.

-Hablas como en la edad media, ni yo que soy el más viejo digo eso- Se burló Joseph.

Cuando el barco llegó al puerto, todos subieron, y al haber un escalón bastante grande, Polnareff intentó ayudar a Lorena, a lo que, a regañadientes, aceptó.

𝙈𝙪𝙮 𝙘𝙤𝙦𝙪𝙚𝙩𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙨𝙚𝙧 𝙛𝙧𝙖𝙣𝙘𝙚𝙨 || ℙ𝕠𝕝𝕟𝕒𝕣𝕖𝕗𝕗 𝕩 𝕆ℂDonde viven las historias. Descúbrelo ahora