Capítulo 7

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♠ Maratón ½♠

7. No me gustas.

(Do I wanna know? - Arctic Monkeys)

MAYA LANSING

—Eres un idiota ¿Y si no te hubiera visto?  ¿Y si te hubiera dejado en tu casa? Te hubieras muerto desangrado —le dije a Graham mientras encendía las luces de la cocina y buscaba el botiquín.
 
—No seas dramática —murmuro Graham ya sentado en la barra de la cocina con la mano en su dorso.

Me detuve frente a él y lo mire fijamente, los ojos prácticamente dorados de Graham me miraban con diversión, tenía una media sonrisa marcada en los labios y un hoyuelo en la mejilla derecha...

—¿No vas a curarme? —pregunto en tono divertido —, de verdad me duele.

Voltee los ojos antes de comenzar a caminar hacia él. Le indique que se sentara en la mesa del comedor —la magnífica mesa de caoba pulida que hace poco me enteré que mis papás habían comprado con mi fondo universitario —, le indique que se quitará la camisa mientras yo ponía las cosas a un lado de la mesa. Su perfume era algo fuerte, y era ese tipo de perfume con el que podrían correr una maratón y no les pasaría nada, y precisamente el tipo de perfumes que me hacían estornudar tantas veces mi jodidas alergias quisieran.

Me empecé a poner los guantes de látex y a preparar el algodón con el alcohol. Sonreí para mí misma cuando me di cuenta de que iba a disfrutar ponerle alcohol en la herida —vale, eso sonó cruel, pero al menos no es mentira —. Él  se me quedó mirando mientras me acercaba a él con el algodón en la mano. Desfavorablemente me dí cuenta tarde de una cosa —que estaba buenísimo, eso no, osea sí estaba buenísimo, pero de eso no me dí cuenta tarde le dije que se sentara en la mesa, lo que significaba que para poder revisarlo bien... Tenía que, ejem, quedar en medio de sus piernas.

Mente profesional, hagamos como si no nos afectará.

No me afecta.

Mentirosa.

Le dí un golpecito a sus rodillas para que las separara y yo pudiera quedar de pie en medio de ellas.

Revise su costado y me dí cuenta de que era superficial, ya había dejado de sangrar y no iba a necesitar puntadas, por lo que me ahorraría un trabajo.

Aún que podrías hacerle algunas puntadas sin anestesia solo por hacer que te preocuparas.

No me preocupe.

Mentirosa.

Limpie la herida con alcohol y solo se movió un poco, no hizo ningún sonido de dolor... Bueno, hasta que presione el algodón con fuerza en la herida. Dio un respingo que le hizo doler la herida y apretar las rodillas contra mis caderas.

—¿Eso era necesario? —pregunto mirandome con fastidio.

—Necesitaba ver si tus reflejos no habían sido dañados —le dije creando una excusa.

—Mentira.

Volví a las cosillas y con cuidado empecé a terminar de limpiarla. Me quite los guantes cuando termine y busque la venda para ponérsela. Pude ver claramente como Graham se tensaba al contacto de mis frías manos en su torso, lo ignore, pero a los pocos segundos las manos empezaron a temblarme, supe que el no notó, pero lo ignoro.

Para cuándo termine de vendarlo, tomé la compresa con hielo que había puesto en la mesa y se la puse en el pómulo morado. Él no dijo nada. Ni siquiera se movió.

Tengo Miedo De Confiar En Tí [#01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora