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-Tom-

Otro día en el hospital, amo a los niños con los que trabajo, todos ellos presentan casos que los hacen tener capacidades diferentes o sólo tienen algunas condiciones, mi trabajo con ellos es ayudarlos con algunas terapias, mismas que desarrollan todo mi equipo fisioterapéutico, mientras otros necesitan ciertas cirugías, mismas que llevo a cabo con algunos otros colegas, y otros más sólo necesitan ser diagnosticados. En todo caso, los padres o tutores de estos niños, son los que eligen si quedarse en el hospital o puedo también canalizarlos con algún especialista. Y también, en cualquier caso, termino perdiendo como doctor, pues mi cariño crece por ellos, dejándome a veces fuera de la estabilidad mental. Me dirijo al hospital donde trabajo, cerca de casa por si se presentan complicaciones no tardo en llegar.

Soy jefe de departamento, tengo mi propia oficina con un ventanal que da una vista hermosa a la playa de Santa Mónica. Además de estar compuesta por muros de cristal y marcos de madera, con persianas en un color claro. Esta oficina está en el sexto piso así que puedo ver la playa bastante bien y en consecuencia, funciona por un momento para desestresarme.

Al llegar a mi oficina, dejo en mi escritorio mi café de la cafetería local y ordeno lo de anoche, papeles y archivos de un pequeño que se mudó de hogar y por lo tanto se tiene que remover su expediente y junto con él una serie de diagnósticos que se tienen que enviar por correo electrónico a su nuevo doctor.

—¿Doctor, Trümper? lo buscan en recepción —dice mi secretaria a través de la bocina de mi teléfono.

—Que pase a mi oficina, gracias.

—Sí, doctor.

Otro pequeño debe ser y en un par de minutos llaman a la puerta de mi oficina.

—Adelante —digo con voz alta y profesional. En un segundo se abre la puerta y Header, mi mejor amiga y colega, se asoma para verme.

—Lo buscan, doctor. —Me sonríe ya que es divertido dejar las relaciones de amigos frente a los pacientes. Aunque esa sonrisa me hace sospechar algo.

—Gracias. Adelante, por favor —respondo dejando a un lado momentáneamente mi sospecha sobre algo.

Me levanto totalmente embobado en el chico detrás de Header... Dios, nunca había visto un chico igual a éste. Embobado y un poco estúpido, me levanto de mi silla para ir al frente de mi escritorio y recibirlo.

Header cierra la puerta una vez que él ha entrado.

—¿Usted es el doctor Trümper?

—Así es, Thomas Trümper. Tú eres —Alargo la mano para saludarle.

—Bill Kaulitz —contesta y me extiende la mano para estrecharla.

Hasta ahora me doy cuenta del pequeño rubio de ojos azules que tiene en brazos.

—Nunca había visto un doctor con ese estilo y sin bata.

—Espero que no lo estés diciendo con desagrado.

—Más bien con asombro.

—Eso está mejor. Toma asiento. ¿En qué puedo ayudarte?

—Bien, él es Matt y es autista, venimos de Seattle, el doctor Spencer Reid llevaba su caso.

—El doctor Spencer, un gran doctor, hablaré con él para que me envíe sus expedientes.

—Me dijo que los enviaría ésta semana.

—De acuerdo. Entonces supongo que tendremos un nuevo residente. Hola, Matt. —Me dirijo esta vez al pequeño, extendiendo mi mano para saludarlo y me responde al instante.

One More TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora