Pretty Boy

Cena familiar y dolores de cabeza

Wonderwall de Oasis sonaba de mi reproductor de música, eran las 11 Am y yo seguía tirada en mi cama dando vueltas, quería seguir durmiendo hasta la una de la tarde por lo menos, pero los nombres de mis posibles padres seguían pasando por mi mente, seguía sin tener idea de por donde empezar y eso solo hacia que los nervios me carcomieran, cerré los ojos intentando imaginar alguna historia con el hermoso de John Travolta para poder dormir pero fui interrumpida por el molesto sonido de mi celular.

- ¿Alo? - Con la voz adormilada conteste perezosamente el teléfono.

- Escúchame bien Ariadna, tu amiguita Marizza se fugo, y vos, la vas a reemplazar si no queres que el nene ese termine en un orfanato, ¿Entendiste? Esto no va a terminar así, ya me las voy a ver con la otra enferma despues.- La voz enojada de Pablo me exalto, tan temprano y ya estaba siendo amenazada, Dios, que fue el mal que yo hice.- A las 12:30 te quiero en el restaurante "Crizia", vestida con algo decente y esforzate un poco te lo pido por favor.

Antes de poder decir media palabra Bustamante ya había cortado la llamada, ¿Solo algo decente? Crizia era un maldito restaurante elegante, ¿No podía tener un Sábado normal, sin estrés? Apurada me levante a elegir algo para ponerme, lo único bueno es que ya me había bañado antes de dormir, así que decidí elegir un vestido que era mas rápido que hacer un outfit completo.

Recogí mi pelo, me maquille lo ojos y fui corriendo a ponerme un vestido blanco junto a algunos accesorios, no sabia donde demonios estaba Marizza pero Pablo no era el único que la quería asesinar, no quería estar metida en esta estúpida guerra que tenían, pero mientras Nacho este involucrado no podía salir de este quilombo, algo frustrada me puse unas sandalias, tire un par de cosas en mi cartera y salí corriendo por un taxi, yo solo quería desayunar en paz, tenia el presentimiento de que esta cena revolvería mi estomago.

En el auto me fui poniendo brillito para labios y termine de abrochar mis sandalias, no tenia idea de que quería Pablo que hiciera, pero despues de la última charla con el padre supongo que tengo que hacer el rol de chica buena, bueno, podría hacerlo, sera solo por una hora, tal vez un poquito mas, despues volveré al colegio y voy a poder seguir siendo un potus en mi cama, una vez que llegue al lugar me pare a un costado para llamar a Pablo, pero antes de poder hacerlo una voz conocida llamo mi atención.

-¡Señorita Caseros! Por acá.- Levante la mirada para ver una joven acercarse alegremente a mi, sonreí algo incomoda a la familia que se aproximaba a mi.

La persona que me había hablado era la hija del intendente Gutiérrez de Bariloche, su madre y ella solían atenderse con mi mama. Recuerdo ir a Bariloche y aprovechar la visita para vacacionar, su madre era una mujer joven y muy amorosa, siempre intentaba invitarnos a su casa, sin embargo tanto para mi mama como para mí era algo incomodo convivir con su esposo, ese hombre era una piedra, todo lo contrario a su mujer y su hija.

- Que linda sorpresa es verte por acá, pensé que estarías viajando con tu madre, que por cierto, la extraño tanto, nadie me deja tan divina como ella, es irremplazable.- La efusiva chica me tomo de la mano emocionada mientras sus padres se acercaban saludando desde atrás.

- ¡Melody! No hace falta que mi mama te arregle porque ya sos divina vos.- Disimuladamente me aparte y le sonreí alegremente, algo que había aprendido luego de rondar por el trabajo de mi mama, es que los halagos nunca venían mal, mas aun si pretendías que tus clientes se queden contigo.

- Lo se, pero esa mujer me deja brillante.- La chica miro un momento hacia donde estaban sus padres y suspiro decepcionada.- Me encantaría ponerme al día con vos, pero papi tiene una junta importante y nos tenemos que ir, nos vemos luego Ariadna.