La banda del bar

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Me pase todo el finde como una estrella de mar en la cama, cuando el lunes llego no pude evitar pensar que estoy muy floja, últimamente hasta estuve faltando a mis clases de natación. Rodé los ojos al escuchar la voz de Charly García sonando por la radio de Marizza, la música me gustaba pero eran las 6 de la mañana y la chica saltaba en mi cama como si fuera un recital.

- Maricita no sabes como te tiraría por las escaleras si no fuéramos amigas.- Enterré mi cabeza en la almohada y la estúpida se cayo encima mio casi dejándome paralitica.- ¡MARIZZAAAA!

-Bueno chee, hoy es un buen día, las mariposas cantan, a Pablo lo tengo en mis pies y por fin me voy a vengar de Joaquín.- La pelirroja aprovecho que me quejaba y salio corriendo al piso de abajo.

- Eh, Marizza me parece que las mariposas no cantan.- Escuche la risita de Luna y me burle de fosforito también.

-Déjala Lunita, juntarse con Mia ya le esta afectando, perdió la mitad de las neuronas en un solo día.

Marizza rodo los ojos y fue a cambiarse al uniforme, historia corta, resulta que Joaquín le puso los cuernos a la pelirroja con Mia Colucci, por lo que fosforito planea enterrarlo vivo y yo, estoy completamente de acuerdo, ademas me gusta ver a las milipili llevarse bien con Marizza, alguien tiene que ayudarla a salir de su burbuja, así como Marizza debería aprender a ser mas tolerante o por lo menos empática, la verdad, se complementaban muy bien y temía a lo que podrían hacer juntas.

Me estire con algo de pachorra y me puse el uniforme de gimnasia, era la primera clase que tenia, bueno, que teníamos Luna, Lujan y yo, porque un cerebrito mágico decidió separar las clases y a Marizza le tocaba química con la vieja bruja.

-Dale nena, envejezco esperándote.- Lujan se quejo y a eso le siguió un portazo, por lo que me ate rápido las zapas y fui detrás de ella y Luna, dirigiéndonos juntas al gimnasio.

-Chicos, Dos equipos, vamos a jugar al Handball, elijan rápido vamos.

El entrenador pitó el silbato y eligió a Pablo y Manuel como capitanes, Me indigne cuando termine siendo de las ultimas elegidas junto a otras chicas que se notaba de lejos que no tocarían la pelota ni con la uña del pie, yo no me veía así... ¿No? (si, me reí cuando escribí pitó, nunca voy a poder madurar lpm)

- ¡Prieta! Te vienes conmigo.- Mire mal a Manuel por elegirme casi a lo último.- Discúlpame chavita, pero con esos brazos de fideo seguro juegas bien chafa.

-Ni siquiera se que es eso, pero que sepas, que me ofende muchísimo.- Me cruce de brazos y fui directo al arco.- ¡Pido arco!

Vire los ojos al ver el equipo de Pablo celebrar, si era mala para jugar al Handball, pero en mi antigua secundaria íbamos a competencias y yo me desarrolle como arquera que era lo único que sabia hacer bien, y ahora con mi competitividad prendida quería ver sus caras de idiotas cuando no los deje meter puntos.

-¿Alguien sabe porque Ariadna tiene cara de bruja malévola? - Nico me miro con duda y miro a su equipo, el cual era el de Bustamante.

-Ni idea, pero ¡Gracias Caseros! Con vos ahí ganamos seguro.- Pablo se rio con Tomas que negaba con la cabeza.

-Oye Ari, porque no mejor dejas que Sebas vaya al Arco.- Eleve las dos cejas y lo mire juzgadoramente.- Okay, quédate ahí, no hace falta la miradita esa.

Feliz de que me dejaran en paz me concentre en el juego, tarareando canciones y moviéndome de acá para allá de vez en cuando, sonara raro pero así me concentraba mejor y me encantaba hacer enojar al otro equipo, cuando se frustran es cuando peor tiran, y ¿Adivinen quien es el enojón numero uno? Bueno en realidad esta parejo entre Pablo y Manuel que se hacen los machos pero por esta vez, es Pablo Bustamante, que en estos momentos me mira frustrado porque ataje un tiro que se suponía que tenia que pasar entre mis piernas.

Pretty BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora