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En cuanto llegó me derrumbo sobre mi cama y duermo casi al instante.

...

Sí iba a ir a la fiesta, había quedado con una amiga de mi casa en que iríamos juntas, pero cuando me levanté eran las 21:20...

—Ay mierda —escucho como alguien está tocando desesperadamente mi puerta—, ¡Ya voy!

Voy y abro la puerta, era Amalia, la chica con la que iba a ir a la fiesta.

—¡Alya! —me mira enojada— ¡Ni siquiera estás cambiada!

Al menos me había dado una ducha antes de acostarme a dormir.

—¿Y si no voy?

—Ah no —se ríe cínica—, vamos a ir y te voy a explicar porqué.

Entra a mi habitación y me empuja a la cama, a lo que yo caigo sentada y veo como abre mi armario en busca de ropa para ir.

—Va a ser tu oportunidad de deslumbrar a todos y dejar locos a los chicos, ¡Además está Blake! —sonrie emocionada y se concentra— y no puedo ir sola.

Mientras la escuchaba hablar de el chico que le gustaba yo estaba cayendo dormida de nuevo, cerrando mis ojos lentamente.

—¡Alya!

Me levanto asustada y la miro, permanezco callada.

—Ve a lavarte la cara y peinarte, ponte el vestido y te ayudo a maquillarte —me sonríe.

Quedo sentada un momento más tratando de recapacitar.

—¡Ahora linda! —me apura.

...

Amalia había elegido mi ropa, un vestido de cuero negro pegado al cuerpo, corto que me llegaba por la mitad del muslo. Hacia que resalte mi figura, con la que no tengo ningún tipo de problema pero me parecía que era mucho para esta ocasión usar este vestido.

—¿No es muy exagerado?

—Para nada, te ves como —piensa un momento—... No lo sé, pero te ves muy hermosa.

Fuimos a la fiesta, ya eran las diez y trece pero como dice el dicho, mejor tarde que nunca. Ambas entramos con confianza a la sala común de Slytherin, dónde según mi amiga se hacían las mejores fiestas de Hogwarts, después que las de Ravenclaw, por supuesto.

Amalia saluda a algunas chicas de Hufflepuff que me saludan de igual forma, hablamos durante unos minutos y luego nos dirigimos a la mesa donde estaba el alcohol. Sonrío cuando Amalia me pasa un vaso rojo con alcohol, no se qué, pero alcohol. Y al fin y al cabo eso era lo que importaba, la graduación alcohólica y como me iba a poner.

Fuimos a bailar, sus amigos no tardaron en acercarse a nosotras y seguir el ritmo de la música. Me disculpé con mi amiga y fui a buscar algo de beber, mientras miro a mí alrededor voy caminando hacia la mesa de bebidas, había visto a Draco y a Blaise, pero no a Theodore...

—¿Buscas a alguien, linda?

Miro al chico alto que se paró frente a mí, sonrío y niego con la cabeza.

Promesa del amanecer «Theodore Nott»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora