—Alya... Cedric es un idiota, no hiciste nada mal —pone su mano tiernamente sobre mi mejilla y me gira para que lo vea a la cara—, estás demasiado fría...
Se quita su abrigo y me lo ofrece, niego con la cabeza a lo que él lo pone sobre mis hombros.
Volteo a verlo, ahora por mi cuenta y sonrío levemente.
—Gracias... —susurro.
Él sonríe y apaga su cigarrillo, sentí una pequeña incomodidad y me tensé, miré lo que iba a hacer a continuación. Saca otro y lo prende, me tranquilizo y dejo de mirarlo.
Veo de reojo como sonríe divertido.
—¿Qué? —le pregunto ofendida.
—Nada... —responde sin sacar la sonrisa de su rostro.
Empujo su hombro despacio en forma de juego.
—No querías que me vaya.
Volteo y siento el calor en mis orejas y mejillas.
—Pff, que gracioso eres.
—Entonces me voy —hace como que se va a levantar y le agarro la muñeca. A lo que él sonríe y se queda en su lugar.
Dejo de agarrarle y acerco mis piernas a mi pecho, abrazándome a mí misma, como haciéndome bolita.
—¿Sigues teniendo frío? ¿No quieres ir adentro? —me pregunta con un atisbo de preocupación.
Niego con la cabeza.
—Podemos estar juntos adentro, ¿Sabes?
Suelto una risa.
—Mira —se para, tira el cigarrillo al suelo apagandolo y me extiende la mano—, te enseñaré mi lugar.
Tomo su mano y me guía escaleras abajo, pero paramos dónde creo yo que es como a la mitad.
—Revelio.
Al decir estas palabras una puerta se aparece frente a nosotros, Theodore pasa y yo le sigo.
—¿A cuántas ya trajiste aquí, Nott? —digo divertida viendo la habitación.
Había un sillón, colchones apilados, un estante con varios libros, y un cofre.
—Solo a tí, a este lugar solo venimos con mis amigos. Así que no les digas nada porque me crucifican —sonrie.
—Pinky promise que no le diré a nadie —le extiendo mi dedo meñique para que juremos.
—¿Pinky qué? —se burla.
—Un juramento muggle, se supone que si rompes la promesa te rompen el dedo —sonrio.
Él sonríe y enredamos nuestros meñiques para prometer.
Nos sentamos en el sillón y conversamos hasta que la luz del sol entró por la pequeña ventana de la habitación.
—Mierda —digo y miro el reloj—, son las seis y media.
—Fanculo. (Carajo).
Río bajo, me daba gracia esa palabra. Niego con la cabeza, siempre me pasaba lo mismo, cuando no dormía por mucho tiempo comenzaba a reírme de cualquier idiotez.
—Debemos irnos —digo con pesar.
—¿Vas mañana a la fiesta de Slytherin? —me pregunta Theodore mientras nos dirigimos a la puerta y caminabamos a nuestras salas comunes.
—Em... No lo sé, no creo, ¿Tú?
—Probablemente, ¿Por qué no vas? Será divertido.
—Supongo que si van Hermione, Fred y George iré.
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Promesa del amanecer «Theodore Nott»
Fiksi PenggemarTheodore Nott y Alya Lestrange, dos chicos similares pero opuestos. Una promesa que podría romperse, o romperlos a ambos.