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Los últimos días habías estado mejor, no pudiste ir a la misión con Sanemi por lo que te reemplazo Iguro, el pilar de la serpiente, según lo que te había dicho Narumi, quien estaba demasiado preocupada por ti.
No importaba si solo soltabas un pequeño estornudo, Narumi volaba hacia ti con mucha preocupación a ver si te pasaba algo o necesitabas de su ayuda.
—¡Mai-san! ¡El patrón pide verte!
—Um? ¿Ahora mismo? ...Aún es de día... —dijiste hecha bolita en tu futón.
—¡Es importante! Seguro que se trata de To-
No la dejaste terminar, pues rápidamente te pusiste su capa y alistaste tu katana por si acaso.
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—Espero que tu salud esté mejorando, Mai-san —dijo el patrón mientras caminaba a tu lado.
—Sí, patrón, mis amigos han estado cuidando de mí, y también espero que usted esté con mejor salud.
—Me alegra y agradezco tu preocupación, en cuanto te recuperes por completo tu misión será con Sanemi-san.
—¿Shinazugawa-san...? Pero está seguro?... digo... porque no le agrado tanto.
El patrón soltó una pequeña risilla ante tu comentario.
—Según lo que me informaron —dio una pequeña pausa, y después continuó—. Sanemi fue el que te llevó a la finca de los pilares del agua al ver que te pusiste mal.
—Supongo que es cierto... pero...
—¿Sabes? Sanemi-san nunca había mostrado ese comportamiento con cualquiera menos hacía un demonio —comentó con una sonrisa—. Esta cambiando, y al igual que él, tú también cambiarás, solo necesitan un pequeño empujoncito.
—Supongo... pero aún así no quisiera incomodarlo, es bastante irritable y siento que cualquier cosa que haga pueda molestarlo y no querer hacer alguna misión conmigo por ello.
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