ALDORA (AU) ShiIta

Capitulo 1

Era el alguacil designado para ese pequeño pueblo de Georgia. Cuando fue asignado a su puesto tomó su cargo con orgullo y al lado de su fiel compañero de patrulla Shisui, tomaba con seriedad su trabajo todos los días del año.

Desde que su madre fue víctima de un asesino serial de la ciudad cuando ella fue a recoger una paquetería, Itachi se había prometido cuidar de aquellos que ama, y fue inducido por este evento del pasado que tomó la decisión de convertirse en policía.

Aldora es un pueblo pequeño, apenas .9 km cuadrados. Con una estimación de no más de 150 habitantes. En un pueblo como este, nunca pasa nada.

Aquellos delitos marcados de este lugar son por tirar basura en los contenedores fuera de la hora asignada.

Nada de gravedad.

Su hermano menor Sasuke asiste a la Universidad de Georgia, por lo que debe trasladarse diariamente por toda la ciudad, Itachi insistió en que fuera a ese instituto y sacará lo mejor de sus habilidades, las cuales Itachi siempre le repetía como enlistando con entusiasmo y orgullo todos los talentos que veía en él, lo cual hacía siempre sentir a Sasuke motivado a demostrar a Itachi que podía hacer todo lo que él esperaba, no se sentía presionado por él. Por el contrario le motivaban sus elogios.

Sin embargo entre el constante papeleo de la oficina y la escuela de Sasuke, poco a poco se fue trazando una línea entre ambos donde tenían que aprovechar el poco tiempo que tenían para de vez en vez comer juntos o tener una conversación de no más de 20 minutos.

Ya tenían una rutina, y estaban bien con eso. Porque cada uno estaba haciendo lo que quería. Pronto tendrían más tiempo en familia cuando Sasuke acabará la escuela.

— Hoy te vez especialmente radiante Ita— soltó Shisui al verlo salir de su casa, y caminar hacia la patrulla donde ya lo esperaba tras el volante.

— Te he dicho que no me digas esas cosas aquí, Sasuke aún está en casa y podría escucharte.

— ¿Qué tiene de malo? ¿Por qué se molestaría? ¿Crees que no vería bien lo nuestro?

— No lo sé, pero es algo que prefiero hablar con él, y no que lo escuche de ti y lo malentienda.

—Entiendo Tachi, está bien. — el mayor sonrió otorgando esa confianza que siempre lograba verter en Itachi.

La rutina mantenía a Itachi tranquilo, fuera de lo que muchos podrían pensar él se sentía muy apegado a sus hábitos y actividades diarias. Sabía perfectamente a qué hora levantarse para ducharse, alcanzar a sujetar su cabello ya seco y acicalado para luego bajar a la cocina a preparar su almuerzo y el de Sasuke que a esas horas aún permanecía dormido por el desvelo de la tarea.

Sabía claramente lo que prepararía porque lo planeaba un día antes y se aseguraba de que no faltará nada.

Después de hacer el almuerzo tocaba a la puerta del menor para levantarlo, esa era la parte impredecible de su rutina, a veces Sasuke, ya estaba despierto leyendo algún libro, otras en la ducha, otras veces dormido, y en alguna ocasión especial salía del baño para espantarlo al subir las escaleras.

Sasuke y Shisui eran quienes se encargaban de sacarlo de esa rutina, y por más que él trataba de habituarse a su organización del día, a veces se veía obligado a mover alguna actividad por petición de Sasuke o por alguna ocurrencia de Shisui. Sin embargo sus días se restaban a eso, y claramente le daban a Itachi la seguridad de tener el control de su vida y de aquellos que son importantes, con eso era feliz.

Estaba muy cómodo con lo habitual, la paz que sentía cada día era excepcional. Cada que veía llegar a Sasuke con sus calificaciones y menciones honoríficas, se daba cuenta que sería un genio de la medicina.