Parte 15

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Nos tomó un tiempo encontrar una camioneta pero al final, Layla y yo nos hicimos de una pequeña camioneta para ir a Nueva Venganza, el detalle era que no tenía una batería para arrancar. Entonces se me ocurrió la idea de agarrar unos cables y darle energía para que el auto pudiera andar, seguido de eso le pusieron combustible y entonces use parte de mi energía para que el auto arranque, logramos hacer que funcione. Con todo arreglado, Layla tomó el volante mientras me quedé en la parte de atrás sosteniendo los cables para que el auto siga moviéndose y empezó el viaje. Las carreteras estaban vacías y no se veía ni un alma en el camino, de vez en cuando tomamos un pequeño descanso para que pudiera recargar energía y así poder seguir moviendo el auto. En uno de esos descansos conseguí una libreta con una pluma y me puse a escribir parte del viaje y pues uno que otro poema.
-Vaya que te gusta escribir Rayitos- comentó Layla
-Rayitos? - pregunté curioso.
-Se me ocurrió de repente, ya sabes,  por tus poderes- respondió ella. Por un momento me quedé con la duda, pero al final deje que me apodara así. De todos modos había pasado un largo tiempo desde que alguien me dijera un apodo, luego le compartí un poema que escribí. Layla entonces pregunto:
-Y, tenías novia cuando eras normal?-
-No, la verdad es que no tenía novia, es más, no era tan popular para tener una. Además de que era de pocos amigos, digamos que siempre me acostumbré a estar sólo desde que mi familia se fue, excepto tal vez por el Sr. Andrew- le comenté.
-Y quien era ese Sr. Andrew?- pregunta Layla
-Era mi mentor, un buen amigo, de hecho el me ayudó cuando manifesté estos poderes, supongo que de la misma forma en la que Jeff te cuidó- le respondí. Ella dejo salir una pequeña mueca de aprecio y puso su mano en mi hombro
-Estoy segura que el hizo lo que creyó correcto para ayudarte- dijo Layla
-Es por eso que debo intentar hacer algo para cambiar la vida de mi gente, bueno la que ahora puede ser mi gente- respondí un poco cabizbajo.
-Por que el comentario triste?- Preguntó Layla.
-Porque antes no me importaba realmente nada de lo que pasaba allá afuera y ahora de repente estoy viajando por el mundo tratando de apoyar a una comunidad que ignore durante años. Parece que soy un hipócrita por creer que me van a escuchar - le repliqué.
-Mira Dave, por lo que yo entiendo, tu no tenías idea de lo que pasaba, cuando lo descubriste, tuviste miedo de pensar que sufrirás lo mismo que ellos. Aún así decidiste salir de tu hogar para cambiar tu destino, lo cual me lleva a esto: No importa lo que hiciste antes, importa lo que vas a hacer ahora, en este momento, y lo que yo veo, es que tú quieres que todos esos Bi- Digo, Conductores, tengan un lugar donde pertenecer y vivir en paz. Sé que no te vas a rendir hasta lograrlo, y te prometo, que voy a estar ahí para verlo- Las palabras de Layla habían hecho que mi corazón sintiera algo de júbilo y gozo porque ella me estaba apoyando. Le agradecí a Layla por esas palabras de aliento, a lo que ella dijo:
-No hay de que, bueno ya es hora de dormir, descansa Rayitos- se acostó en un futón y procedió a dormirse. A mí me costó un poco más el dormir pero al final pude descansar, al día siguiente nos levantamos y desayunamos unos sandwiches que Layla había preparado para el viaje. Decidimos continuar con el auto hasta que de repente el motor estalló. Puede que la electricidad haya dañado un poco el motor porque le estaba añadiendo más energía para que fuera más rápido, Sin embargo ya nos encontramos cerca de Nueva Venganza así que decidimos dejar el auto para continuar a pie. Mientras caminamos, seguimos platicando de cosas como las películas, libros de literatura, algo de música y también uno que otro chiste, debo admitir que no me había divertido tanto desde hace tiempo, pero la diversión nos duró muy poco cuando escuché un ruido, parecía venir de los escombros de lo que parecía ser un edificio y justo cuando volteaba de pronto surgió una explosión a nuestra derecha.
-Corre Layla, corre- le grité para que no se quedara quieta, ella se empezó a mover para evitar las explosiones, mientras que yo corría para llegar a un lugar seguro, pero parecía que cada vez que cruzaba, una explosión bloqueaba mi camino y tenía que evadir rápidamente para que no me lastime. Aunque no tarde mucho en comprender que no nos estábamos perdiendo, más bien las explosiones nos estaban guiando hacía alguna parte, cuando logré escapar de las explosiones pude entrar a una pequeña cueva y esconderme, o al menos eso pensé cuando de repente oí una voz que decía:
-Será mejor que bajes tus cosas lentamente si no quieres que tu amiga resulte herida- Baje mis cosas y puse mis manos en alto.
-Muy bien, ahora date la vuelta lentamente- dijo la voz desconocida. Lentamente me di vuelta y solo alcancé a ver unas luces que eran bastante intensas aunque pude distinguir ciertas siluetas, alcancé a ver a Layla que para estos momentos tenía un cuchillo en el cuello mientras estaba siendo sostenida por un tipo con cara malhumorada y con una cicatriz en la cara. No tenía idea de que iba a hacer para escapar de esto, quise pensar en un plan para ayudar a Layla, pero justo como la luz aparece para cegarte, sentí un golpe en mi cabeza que hizo que la oscuridad se manisfestara en un instante.

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