Parte 4

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¿Ahora que? Me había preguntado en ese instante. Yo no sabia que hacer, entonces pensé en correr, no importaba a donde, solo quería salir de ahí. Pero ¿por que me pasa esto ahora? ¿no podía ser en otro momento?. Lo ultimo que esperaba era convertirme en uno de ellos, pero dicen que todo pasa por algo, sin embargo, yo no conocía la razón por la cual yo tenia poderes, y no me iba a quedar para averiguarlo. Apenas había llegado a la Av. 3 cuando de pronto, una voz me detuvo: -¡David!- yo ya había reconocido esa voz, entonces me di la vuelta y vi al Sr. Andrew, mi vecino. El venia de sus compras al supermercado y se iba a su casa cuando me vio correr como un loco, entonces me hablo para que me detuviera. Supongo que quería saber por que estaba huyendo, y bueno, trate de inventar alguna mentira para ocultar lo que me había pasado, porque si se lo decía seguramente se...

-¿Como estas David?- me pregunto enseguida.

-yo, este... Estoy bien- me limite a responder.

-Te veo algo preocupado- dijo el Sr. Andrew

-¿Preocupado por que?-

-No lo se. Dímelo tu.- respondió el Sr. Andrew. En ese instante supe que aunque tratara de mentirle, el me trataría de sacar la verdad de algún modo, como si supiera que algo malo fuera a pasarme. No terminaba de pensar cuando el Sr. Andrew me asalto con otra pregunta:

-¿Quieres venir a mi casa? tal vez necesites algo de compañía. Así podemos hablar mas tranquilos- yo le respondí que si y entonces caminamos de regreso a la calle Bellwood (donde estaba mi casa) y pues le estaba ayudando con las cosas del supermercado. No era la primera vez que me encontraba con el Sr. Andrew en estas circunstancias, a veces se me olvidaban las llaves y le pedía que me ayudara a entrar a mi casa. El Sr. Andrew siempre me ayudaba a entrar, o también cuando eran tareas de la escuela que yo no entendía, iba a su casa para que me prestara un libro y el, con gusto me lo prestaba. La verdad lo consideraba, mas que mi vecino, un buen amigo. Bueno esas cosas siempre las tendré en mi memoria, jamás las olvidare, sin embargo, esta era la primera vez que iba a entrar a su casa. Solo me paraba en la puerta para pedir el libro, pero nunca entre a su casa. Llegando a la puerta, el subió los escalones, abrió la puerta y me dijo:

-¿Quieres pasar?- yo solo le conteste:

-No lo creo, Sr. Andrew. Además, es de noche y creo que mejor voy a ir a mi casa.-

-Anímate, David. No te pasara nada- dijo el Sr. Andrew. Entonces pensé un poco y al ultimo momento le dije:

-Esta bien, Entremos-.         


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