Sus ojos

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"Y sus ojos verdes se clavaron en mi como las balas que vemos en el campo. Aquellas que se perforan profundo en los músculos esqueléticos de los hombres alfa, omegas y betas. Convirtiéndolos en una triste pintura hecha a carbón y pólvora que pasará a la historia.

Esos orbes, tan profundos y llenos de arrebatados sueños, penetraban en mi cada vez que tomaba asiento en algún tronco hueco o en el suelo árido del campamento improvisado.

Y lo amaba, amaba con fuerza tener aquellos ojos sobre mi cuando me calzaba los zapatos, el casco, o hacía algo tan básico como comer la mitad del pan con mermelada añeja que él me dejaba a hurtadillas con la excusa de que era débil y necesitaba energía.

Amaba tenerlos cuando bebíamos alcohol en las noches frías de invierno, en esas horas en que todo parecía estar tranquilo y la guerra no existía. Al dormir abrazados en alguna parte de la ciudad destruida, totalmente escondidos de los demás.

Esos ojos verdes me miraban como si fuera el omega más lindo del mundo. Imagínense, yo, tan delgado como un palo y él tan fuerte como un tanque. Con sus brazos firmes y musculosos que podían arrancar la cabeza de cualquiera si se lo proponían.

Lo amo y lo amaré siempre.

Y a pesar de que los años han pasado, esos ojos verdes, tan profundos y llenos de sueños arruinados como un trozo de papel hecho cenizas, siempre serán mis favoritos. Camuflados entre los arbustos, entre las sábanas, detrás de fogatas y eclipsados por luciérnagas. Todo el tiempo contemplando mi cuerpo como el único en el mundo y abrazándome hasta convencerse a sí mismo, que el peligro ya no volvería a quebrarnos".

Winter Wine (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora